Página 96 - Mensajes Selectos Tomo 1 (1966)

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Mensajes Selectos Tomo 1
Así, aunque viva en medio de lo que degradaría a un hombre de
principios laxos, preserva su cristianismo el hombre piadoso y de
integridad a toda prueba.
El mundo no es más favorable hoy para el desarrollo del carácter
cristiano que en los días de Noé. Entonces se había extendido tanto
la impiedad, que Dios dijo: “Raeré de sobre la faz de la tierra a los
hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el
reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.
Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová... Noé, varón justo,
era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé”.
Génesis
6:7-9
. Sí, en medio de esa era degenerada, Noé era un placer para su
Creador.
Estamos viviendo en los últimos días de la historia de esta tierra,
en una era de pecado y corrupción, y como Noé hemos de vivir de tal
manera que seamos un placer para Dios al manifestar las alabanzas
de Aquel “que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
1 Pedro
2:9
. En la oración que Cristo elevó a su Padre antes de su crucifixión,
dijo: “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del
mal”.
Juan 17:15
.
El servicio más excelso
Cuando los hombres y mujeres hayan formado caracteres que
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Dios pueda sancionar, cuando su abnegación y renunciamiento hayan
llegado al máximo, cuando estén listos para la prueba final, listos
para ser unidos a la familia de Dios, ¿qué servicio aparecerá como
más excelso en la estimación de Aquel que se dio a sí mismo como
una ofrenda voluntaria para salvar a la raza culpable? ¿Qué empresa
será la más apreciada por el corazón de amor infinito? ¿Qué obra
proporcionará la mayor satisfacción al Padre y al Hijo?: la salvación
de las almas que perecen. Cristo murió para proporcionar a los
hombres el poder salvador del Evangelio. Los que cooperan con él
llevando adelante su gran empresa de misericordia, trabajando con
toda la fuerza que Dios les ha dado para salvar a los cercanos y a los
lejanos, compartirán el gozo del Redentor cuando la hueste de los
redimidos esté en torno del trono de Dios.
Dios ha confiado medios y facultades a sus siervos para realizar
una obra mucho más elevada que la que él contempla hoy día.