Página 144 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
que vaga de allí para allá, es tan capaz de comprender la verdad, la
evidencia de la Palabra de Dios en favor del sábado, y el verdade-
ro fundamento de la esperanza del cristiano, como de analizar las
apariencias, los modales, los vestidos, etc. Y todos los que entregan
su mente al placer que producen los cuentos insensatos y ociosos,
alimentan sus facultades imaginativas; pero ante ellos se eclipsa el
brillo de la Palabra de Dios. La mente queda directamente separada
de Dios, y se destruye el interés por su preciosa Palabra.
Se nos ha dado un libro para que guíe nuestros pies a través de
los peligros de este oscuro mundo hasta el cielo. Sus páginas nos
dicen cómo podemos escapar de la ira de Dios, y también nos hablan
de los sufrimientos de Cristo por nosotros, y del gran sacrificio que
hizo para que pudiésemos ser salvos y disfrutar de la presencia de
Dios para siempre. Y si algunos son hallados faltos al final, habiendo
oído la verdad como la han oído en esta tierra de luz, será por culpa
suya; quedarán sin excusa. La Palabra de Dios nos explica cómo
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podemos llegar a ser cristianos perfectos y escapar a las últimas siete
plagas. Pero ellos no se interesaron en absoluto en descubrirlo. Otras
cosas distrajeron su mente; apreciaron los ídolos, y despreciaron la
santa Palabra de Dios. Muchos de los que profesan ser cristianos se
han burlado de Dios; y cuando su santa Palabra los juzgue en el día
postrero serán hallados faltos. Esa Palabra que ellos han descuidado
para leer insulsos libros de cuentos, prueba sus vidas. Es la norma;
sus motivos, palabras y obras, como también el uso de su tiempo,
todas esas cosas son comparadas con la Palabra escrita de Dios, y si
ellos son hallados faltos, sus casos quedarán decididos para siempre.
Vi que muchos se miden entre sí y comparan su vida con la vida
de otros. Esto no debe ser. Nadie, sino Cristo, nos es dado como
ejemplo. El es nuestro verdadero modelo, y cada uno debe luchar
para distinguirse por su imitación de él. Somos colaboradores de
Cristo, o colaboradores del enemigo. O juntamos para Cristo o dis-
persamos contra él. Somos cristianos decididos y de todo corazón, o
no lo somos en absoluto. Dice Cristo: “¡Ojalá fueses frío, o caliente!
Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi
boca”.
Apocalipsis 3:15-16
.
Vi que algunos apenas saben lo que es la abnegación o el sa-
crificio, o lo que significa sufrir por causa de la verdad. Pero nadie
entrará en el cielo sin hacer un sacrificio. Debemos tener espíritu