Página 166 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
neralmente, el momento apropiado para orar por nuestras familias es
el culto de familia. Cuando las personas objeto de nuestras oraciones
están lejos, la cámara secreta es el lugar apropiado donde se puede
interceder ante Dios en su favor. Cuando estamos en la casa de Dios,
debemos pedir por una bendición para ese momento y esperar que
Dios oirá y contestará nuestras oraciones. Estas reuniones serán
interesantes y llenas de vida.
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Vi que todos deben cantar con el espíritu, y también con el
entendimiento. A Dios no le agrada la confusión de voces y la
discordia. Siempre le agrada más lo correcto que lo erróneo. Y
cuanto más correcto y armonioso sea el canto del pueblo de Dios,
tanto más glorificado será el Señor, beneficiada la iglesia y afectados
favorablemente los incrédulos.
Se me ha mostrado el orden perfecto del cielo, y he quedado
arrobada al escuchar la música perfecta que se oye allí. Después de
salir de la visión, el canto terrenal me pareció muy áspero y discor-
dante. He visto compañías de ángeles dispuestos en cuadros, cada
uno con un arpa de oro. En el extremo del arpa había un dispositivo
para dar vuelta, acomodar el arpa o cambiar la melodía. Sus dedos no
recorrían descuidadamente las cuerdas, sino que pulsaban distintas
cuerdas para producir diferentes sonidos. Hay un ángel que siempre
guía, que toca primero el arpa y da el tono; luego todos se unen para
producir la armoniosa y perfecta música del cielo. Es indescriptible
esa melodía celestial y divina, que vibra mientras todo rostro refleja
la imagen de Jesús, cuya gloria resplandece con brillo inefable.
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