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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
entrado; pero no hay suficiente ayuda abnegada para llenar la mitad
de los lugares donde la gente está lista para escuchar la verdad, y
muchos para recibirla.
Hay que visitar nuevos campos de labor, completamente nuevos;
muchos tendrán que salir a trabajar por cuenta propia a fin de entrar
en esos campos aunque tengan que pagar sus propios gastos. Vi que
aquí existe una buena oportunidad para los mayordomos del Señor
de hacer su parte y apoyar a los que llevan la verdad a esos lugares.
Debiera ser un gran privilegio para estos mayordomos devolverle a
Dios lo que le pertenece. Al hacerlo, cumplirán un deber bíblico y
se librarán de una parte de su tesoro terrenal, que ahora constituye
una carga para muchos que tienen abundancia. Eso también añadirá
a su tesoro en el cielo.
Vi que la carpa que tenemos en el Este no debiera llevarse una
vez tras otra al mismo lugar. Si fuera necesario, los que acompañan
la carpa debieran trabajar por su propia cuenta; debieran levantar la
carpa en lugares donde no se ha presentado la verdad, y una vez que
se la haya levantado, debiera contar con abundantes obreros.
Vi que había sido un fracaso ir a los mismos lugares año tras
año, llevando a personas que tienen exactamente los mismos dones.
Si fuera posible, debiera asegurarse el servicio de las personas con
los dones más aceptables. Sería mejor y se lograría un mayor bien si
hubiera menos reuniones en carpa y un grupo de obreros más fuertes
y con diferentes dones para trabajar. Entonces podría permanecerse
durante más tiempo en un lugar en el que se despierte el interés.
Se ha actuado con demasiado apresuramiento al desarmar la carpa.
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Algunas personas comienzan a impresionarse favorablemente, por
lo que existe la necesidad de perseverar en los esfuerzos hasta que
sus mentes se orienten y ellos se decidan por la verdad. En muchos
lugares donde se ha levantado la carpa, los pastores se quedan hasta
que el prejuicio comienza a desaparecer, lo que permite a algunos a
escuchar con mentes desprejuiciadas; pero justamente en ese mo-
mento se desarma la carpa y se envía a otro lugar. Así se gasta tiempo
y dinero, y los siervos de Dios ven muy pocos resultados durante
el período en el que se predica el Evangelio en carpas. Pero pocas
personas son llevadas a reconocer la verdad, y los siervos de Dios,
habiendo visto muy poco que los anime y los estimule, y ponga de