Página 173 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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El este y el oeste
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no volverá a oírse. Sus últimos preciosos sones habrán desaparecido
a la distancia, y los rebeldes a los que nos hemos referido quedarán
abandonados a su propia conducta y serán llenos de sus propias
obras.
Vi que los que profesan estar esperando la venida del Señor
no debieran tener un espíritu mezquino ni tacaño. Algunos de los
que han sido llamados a hablar de la verdad y atender a las almas
como quienes tendrán que dar cuenta, han malgastado mucho tiempo
precioso para salvar a unos pocos, cuando su tiempo valía mucho
más de lo que han ganado. Esto desagrada a Dios. Es verdad que
es necesario economizar, pero algunos han extendido la economía
hasta convertirla en mezquindad sin otro propósito que añadir a sus
tesoros, los que dentro de poco les comerán la carne como fuego, a
menos que como mayordomos fieles dispongan correctamente de
los bienes de su Señor.
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