Página 190 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
nos la oportunidad de utilizar esos bienes para la gloria de Dios y el
progreso de su causa, y si ellos retienen esos bienes para sí, éstos se
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convertirán en una piedra de tropiezo para ellos. En el día de angus-
tia sus tesoros se convertirán en una ofensa para ellos. Entonces se
habrán acabado todas las oportunidades de utilizar sus recursos para
la gloria de Dios, y con angustia de espíritu los apartarán de ellos y
los arrojarán a los topos y a los murciélagos. Su oro y su plata no
podrán salvarlos en ese día. Comprenden en forma abrumadora que
deben rendir cuenta de su mayordomía, del uso que han hecho del
dinero de su Señor. El egoísmo les hizo creer que eso les pertene-
cía únicamente a ellos, y que lo necesitaban todo; pero finalmente
comprenderán amargamente que sus recursos habían sido solamente
prestados por Dios, para que le fueran abundantemente devueltos al
ser usados para hacer progresar su causa. Sus riquezas los engañaron.
Se sintieron pobres y vivieron únicamente para sí mismos, y al final
encontrarán que la parte que hubieran podido utilizar para la causa
de Dios se ha convertido en una carga terrible.
El ángel de Dios dijo: “Colocadlo todo sobre el altar, como un
sacrificio vivo y encendido. Atadlo con cuerdas si es que no podéis
mantenerlo allí. Dedicaos a la oración. Vividjunto al altar. Fortaleced
vuestros propósitos por medio de las promesas de Dios”. “Vended
lo que poseéis y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan,
tesoro en los cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla
destruye”.
Lucas 12:33
. “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la
polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino
haceos tesoros en el cielo”.
Mateo 6:19-20
.
Vi que si Dios os ha dado riquezas por encima de la gente
común y de los pobres, eso debiera haceros humildes, porque os
pone bajo grandes obligaciones. Cuando se da mucho, aún en bienes
terrenos, también se requerirá mucho. Guiados por este principio,
debierais manifestar una disposición noble y generosa. Buscad las
oportunidades de hacer bien con lo que poseéis. “Haceos tesoros en
el cielo”.
Vi que como mínimo, se había requerido de los cristianos en
tiempos pasados, que poseyeran un espíritu de liberalidad y que
consagraran al Señor una parte de sus ganancias. Todo verdadero
cristiano ha considerado esto un privilegio, pero algunos que lo han
sido únicamente de nombre lo han considerado una imposición; la