Antecedentes del tomo 1
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la necesidad de escuchar el consejo del Testigo Fiel. Los creyentes
sintieron la poderosa influencia de este mensaje durante dos o más
años y esperaron que los condujera directamente al fuerte clamor
del tercer ángel. Los fervientes mensajes de los
Testimonios
que
se refieren a este movimiento, se pueden comprender mejor si se
conocen estos antecedentes.
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Era una época de discusión y debates. A muchos de nuestros
ministros se los desafiaba a debatir el tema del sábado y otras verda-
des, y algunos de ellos hasta adoptaban una actitud agresiva en tales
debates. Esto requería consejo del cielo. Uno de nuestros pastores
destacados, Moisés Hull, participó en debates con los espiritistas,
primero porque ellos lo desafiaron, y después porque él los desafió a
ellos. Como resultado de esto, fue arrebatado y lanzado al confuso
laberinto del espiritismo. En ese momento la Sra. White publicó sus
“Comunicaciones al Pastor Hull” e hizo públicas algunas cartas que
le había escrito en los años pasados, y que si las hubiera tomado en
cuenta, lo habrían salvado del naufragio de su fe.
Esos eran los años cuando se daban los primeros pasos en la
organización de la iglesia. Algunos que habían pasado por la expe-
riencia del mensaje del segundo ángel, se oponían a la organización
de la denominación porque temían que eso fuera una marca de Ba-
bilonia. Los asuntos relativos a la organización analizados por los
dirigentes, se traslucen en numerosas comunicaciones dadas a la
iglesia por intermedio de la Sra. White. Y cuando se organizó la obra
de publicaciones en 1860, y cuando después de mucho estudio y al-
gunas vacilaciones, se adoptó el nombre de Adventistas del Séptimo
Día, quedó demostrado que la organización de la obra mencionada
y el nombre de la denominación estaban en armonía con la voluntad
divina.
Inmediatamente después de los pasos finales de la estructuración
de la iglesia, que culminaron con la organización de la Asociación
General en mayo de 1863, la Sra. White recibió la memorable visión
de Otsego, en el mes de junio, cuando se comunicaron los principios
de lo que se denominó la “reforma pro salud”, juntamente con una
revelación de la relación que existe entre la obediencia a las leyes
de la salud y la formación del carácter que necesitan adquirir los
miembros de la iglesia para ser llevados al cielo. Estrechamente
relacionada con esto estaba la reforma de la manera de vestir. Dos