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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Vi que algunos tienen prejuicios contra nuestros gobernantes y
nuestras leyes; pero si no fuera por la ley, este mundo estaría en una
condición espantosa. Dios refrena a nuestros gobernantes; porque en
sus manos está el corazón de todos. Les son impuestos límites que
les es imposible trasponer. Muchos de los gobernantes son personas
a quienes Satanás domina; pero vi que hasta entre ellos Dios tiene
sus agentes. Y algunos de ellos se convertirán aún a la verdad. Están
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ahora desempeñando el papel que Dios quiere que desempeñen.
Cuando Satanás obra por medio de sus agentes, se hacen propuestas
que, si se llevasen a cabo, impedirían la obra de Dios y producirían
grandes males. Los ángeles buenos inducen a estos agentes de Dios
a que se opongan a tales propuestas con razones convincentes, a
las cuales no pueden resistir los agentes de Satanás. Unos pocos
de los agentes de Dios tendrán poder para derribar mucho mal. Así
proseguirá la obra hasta que el tercer mensaje haya terminado su mi-
sión. Durante el fuerte pregón del tercer ángel, estos agentes tendrán
oportunidad de recibir la verdad, y algunos de ellos se convertirán
y soportarán con los santos el tiempo de angustia. Cuando Jesús
salga del lugar santísimo, su Espíritu refrenador se retirará de los
gobernantes y del pueblo. Estos quedarán bajo el dominio de los
ángeles malos. Entonces, por consejo y dirección de Satanás, se
harán leyes tales que, a menos que el tiempo sea muy corto, no se
salvará ninguna carne.
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