Cuando se encubre la reprensión
Se me mostró el curso de acción seguido por los hermanos H
e I. Aunque han sido reprendidos, no han enmendado sus errores.
El pueblo de Dios, especialmente en el Estado de Nueva York, ha
sido afectado por su comportamiento errado. Su influencia ha sido
perjudicial para la causa de Dios. Durante los últimos diez años me
han sido presentados con frecuencia en visión, se me han presentado
sus errores, y les he escrito acerca de estas cosas. Pero han tenido
cuidado de encubrir de sus hermanos el hecho de que han sido
reprochados, temiendo que eso pudiera destruir su influencia. Los
que han sido afectados por su curso de acción equivocado, debieran
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haberse beneficiado con las reprensiones que ellos recibieron. Yo
debiera haber colocado esos mensajes en las manos de hermanos
juiciosos de la iglesia para que, si fuera necesario, todos pudieran
comprender la instrucción que el Señor había visto conveniente
enviar a su pueblo. Pero cuando referí públicamente los mensajes que
me fueron dados personalmente para esos hermanos, me censuraron
en forma muy dura. Esto me provocó tanta angustia mental que me
he visto inducida a encubrir lo que el Señor me ha comunicado con
respecto a los pecados de esas dos personas.
Ha sido el orgullo del corazón lo que ha inducido a esos her-
manos a manifestar tanto temor de que otros se enteraran de que
habían sido corregidos. Si hubieran confesado humildemente sus
errores a la iglesia, habrían puesto en evidencia la fe que profesaban
tener en las visiones, y la iglesia hubiera sido fortalecida para recibir
la reprensión y confesar sus faltas. Estos maestros se interpusieron
en el camino de la grey. Se erigieron en ejemplos equivocados y la
iglesia los ha seguido, y cuando fueron reprendidos, ésta preguntó:
“¿Por qué estos ministros no fueron reprobados cuando nosotros
seguíamos sus enseñanzas?” En esta forma se ha abierto una puer-
ta para que Satanás los tiente concerniente a la veracidad de las
visiones.
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