Página 262 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
cabo. Se ha dispuesto firmemente para resistir algo que nunca surgió.
Muchos de los hermanos de Ohio tienen el mismo sentimiento y se
oponen a algo que nunca ha sucedido. Su lucha ha sido insensata.
Han estado listos para gritar: “¡Babilonia!”, hasta que ellos mismos
se han convertido en una completa Babilonia.
En Ohio los ministros se han interpuesto directamente en el ca-
mino de la obra. Debieran apartarse de él para dejar que Dios llegue
a su pueblo. Se han interpuesto entre Dios y su pueblo, y ponen
de lado los propósitos divinos. El hermano J ha ejercido influencia
negativa en Ohio, por lo que debe tratar de contrarrestarla. Vi que
en Ohio había quienes adoptarían una posición correcta si se les
dieran instrucciones debidas. Han estado dispuestos a sostener la
causa de la verdad presente, pero han visto que se ha llevado a cabo
tan poco que se han desanimado. Tienen las manos débiles y nece-
sitan que se las afirme. Vi que no debía hacerse adelantar la causa
de Dios mediante ofrendas forzadas. Dios no acepta esa clase de
ofrendas. Este asunto debe dejarse librado enteramente a su pueblo.
No debieran conformarse con llevar una ofrenda anual solamente,
sino que además debieran presentar ofrendas semanales y mensuales
delante del Señor. Esta obra debe dejarse con el pueblo porque para
ellos debe constituir una prueba permanente semanal y mensual. Vi
que este sistema de diezmar desarrollaría el carácter y manifestaría
la verdadera condición del corazón. Se presenta este asunto a los
hermanos de Ohio destacando la verdadera importancia que tiene y
si se los deja decidir por sí mismos, llegarán a la conclusión de que
existe sabiduría y orden en el sistema del diezmo.
Los ministros no debieran actuar con severidad, e imponer exi-
gencias a nadie, ni obligarlos a dar sus recursos. Si alguien no da
tanto como otra persona piensa que debiera dar, no tienen por qué
acusarlo ni echarlo del grupo. Debieran actuar con tanta paciencia y
tolerancia como los ángeles. Debieran trabajar en unión con Jesús.
Cristo y los ángeles observan el desarrollo del carácter, y pesan el
valor moral. Dios soporta mucho a su pueblo que yerra. La verdad
obrará cada vez más íntimamente y desarraigará un ídolo tras otro,
hasta que Dios reine supremo en los corazones de su pueblo consa-
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grado. Vi que el pueblo de Dios debía traerle una ofrenda voluntaria;
pero la responsabilidad debe descansar enteramente sobre la persona,
ya sea que dé con abundancia o escasamente. Lo que haga se anotará