Página 263 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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La obra en Ohio
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fielmente. Hay que dar al pueblo de Dios tiempo para que desarrolle
el carácter.
Los ministros de Dios debieran soportar el testimonio definido.
Las verdades vivientes de su Palabra debieran obrar sobre el corazón.
Y cuando los miembros de Ohio vean que se ha colocado algo digno
ante ellos, aquellos cuyos corazones simpatizan con la obra darán
abundantemente de sus medios para hacer progresar la causa de Dios.
El Señor está probando a su pueblo. Si algunos no tienen el corazón
puesto en la obra y no traen ofrendas a Dios, él los reprenderá; y
si continúan aferrándose a su codicia, los separará de su pueblo. Vi
que debía existir un sistema que se aplicara a todos por igual. Hay
hombres y mujeres jóvenes con salud y fuerza que han sentido muy
poca preocupación por la obra. Estos son responsables delante de
Dios por su fuerza, y debieran traer ofrendas voluntarias delante del
Señor. Y si no lo hacen, Dios apartará de ellos su mano que da la
prosperidad.
Vi que la mano especial de Dios no había estado con su obra en
Ohio para prosperar la causa en ese lugar. Hay algo que falta. Debiera
existir una actitud de cuidadoso examen entre los predicadores y los
miembros, un fiel escudriñamiento del corazón para descubrir a qué
se debe una ausencia tan grande del Espíritu de Dios. Sus sacrificios
y ofrendas casi se han secado. ¿Por qué las verdades de la Palabra
de Dios no conmueven el corazón y conducen a la abnegación y el
sacrificio? Que los ministros escudriñen su vida y vean qué clase
de influencia han estado ejerciendo. El hermano J ha manifestado
un espíritu independiente que Dios no aprueba. Su influencia no ha
contribuido a la unión del pueblo de Dios ni al progreso de la obra.
Vi que las personas que han tenido sólo pocos años de experien-
cia en la causa de la verdad presente, no son quienes deben dirigir la
obra. Deben manifestar delicadeza al aceptar posiciones que podrían
entrar en conflicto con el juicio y la opinión de los obreros que
han presenciado el surgimiento de la causa de la verdad presente,
y cuyas vidas están entretejidas con su progreso. Dios no elegirá a
personas con poca experiencia para que dirijan esta obra. No elegirá
a los que no han tenido experiencia en los sufrimientos, pruebas,
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oposición y privaciones soportadas para colocar la obra sobre la
base que ahora la sustenta. Ahora es fácil predicar el mensaje del
tercer ángel, en comparación con lo que era antes. Los que ahora