Página 272 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

268
Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
a quienes había ayudado mucho mediante su influencia y también
con los escasos recursos que poseía, trataban continuamente de
perjudicarlo y de echar cargas sobre él. Un sábado de mañana,
mientras se dirigía a nuestro lugar de culto, fue sobrecogido por un
sentimiento de injusticia tan abrumador, que se apartó hacia un lado
y lloró en voz alta, mientras la congregación lo esperaba.
Desde el comienzo de nuestro trabajo hemos sido llamados a
dar un testimonio claro y definido, a fin de censurar lo malo sin
exceptuar nada. Y en todo tiempo ha habido quienes se han opuesto
a nuestro testimonio, y después han dicho de nosotros cosas halaga-
doras, recubiertas con un suave enlucido de mortero, con lo cual han
destruido la influencia de nuestras labores. El Señor nos ha ordenado
presentar reproches, pero hay personas que se han interpuesto entre
nosotros y el pueblo para dejar sin efecto nuestro testimonio. Hemos
recibido muchas visiones en las que se nos ha indicado que no debía-
mos dejar de declarar el consejo de Dios, sino que debíamos ocupar
una posición desde la cual pudiéramos conmover al pueblo de Dios,
porque éste se encuentra dormido en sus pecados. Pero pocas perso-
nas han simpatizado con nosotros, mientras muchas han simpatizado
con el error y con los que han sido reprobados. Estas cosas nos
han abrumado, y hemos sentido que no teníamos ningún testimonio
que dar en la iglesia. No sabíamos en quién confiar. Cuando todas
estas cosas se amontonaron sobre nosotros, perdimos la esperanza.
Nos retiramos a descansar cerca de la medianoche, pero yo no pude
dormir. Un severo dolor me afligía el corazón; no pude encontrar
alivio, de modo que me desmayé varias veces. Mi esposo mandó a
buscar a los hermanos Amadon, Kellogg y C. Smith. Sus fervientes
oraciones fueron escuchadas, experimenté alivio y fui tomada en
visión. Se me mostró que tenemos una obra que llevar a cabo, que
debemos dar nuestro testimonio en forma directa y al punto. Se me
presentaron algunas personas que habían descartado el testimonio
definido. Vi la influencia de sus enseñanzas sobre el pueblo de Dios.
Se me presentó la condición del pueblo de Dios en _____. Poseen
la teoría de la verdad, pero no han sido santificados por ella. Vi
que cuando los mensajeros entran en un nuevo lugar, su trabajo
[226]
se perderá completamente a menos que presenten un testimonio
claro y definido. Debieran mantener la distinción entre la iglesia de
Cristo y los profesantes formalistas y sin vida. Hubo una falla en