Página 296 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Tiempos peligrosos
El mundo incrédulo pronto tendrá algo en que pensar fuera de
sus vestidos y apariencia; y cuando sus mentes sean arrancadas
de estas cosas por los problemas y la confusión, ellos no tendrán
nada de qué aferrarse. No son prisioneros de la esperanza de modo
que no pueden volverse al Baluarte. Desfallecerán a causa de los
sobresaltos y del temor. No han hecho de Dios su refugio y él
no será su consuelo en el momento de necesidad, en cambio se
reirá de su calamidad y se burlará cuando les venga el temor. Han
despreciado y pisoteado las verdades de la Palabra de Dios. Se han
complacido llevando vestidos extravagantes y han gastado sus vidas
en fiestas y francachelas. Sembraron viento y cosecharán tempestad.
En el tiempo cuando las naciones sean sobrecogidas por grandes
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dificultades y confusión habrá muchos que no se han entregado
completamente a las influencias corruptoras del mundo y el servicio
de Satanás, quienes se humillarán delante de Dios y se volverán
hacia él de todo corazón y encontrarán aceptación y perdón.
Aquellos entre los observadores del sábado que no han estado
dispuestos a hacer sacrificios, pero han cedido a las influencias del
mundo, llegarán a ser probados. Los peligros de los últimos días
están sobre nosotros y para los jóvenes se avecina una prueba que no
habían anticipado. Se verán frente a dificultades sumamente graves.
Será probada la autenticidad de su fe. Profesan estar esperando la
venida del Hijo del hombre, y sin embargo algunos de ellos han sido
un pésimo ejemplo para los incrédulos. No han estado dispuestos
a abandonar el mundo sino que se han unido con él, han asistido a
picnics objetables y a otras reuniones de placer, y se han compla-
cido a sí mismos diciéndose que se dedicaban a entretenimientos
inocentes. Sin embargo, se me mostró que son precisamente esas
complacencias las que los separan de Dios y los convierten en hijos
del mundo. Dios no considera a los buscadores de placeres como
sus seguidores. El no nos ha dado tal ejemplo. Únicamente los que
se niegan a sí mismos, y que llevan una vida de sobriedad, humildad
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