Página 356 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
mensajes que el Señor considera apropiado enviar para el beneficio
de su humilde pueblo. El espíritu que mora en sus corazones no
puede armonizar con la luz dada por Dios.
Muchas pobres almas no saben lo que están haciendo. Unen su
influencia con las fuerzas satánicas y las ayudan en su obra. Mani-
fiestan gran celo y fervor en su ciega oposición, como si en realidad
estuvieran haciendo un servicio a Dios al luchar contra las visiones.
Todos los que deseen hacerlo pueden conocer personalmente los
frutos de estas visiones. Durante diecisiete años Dios ha considerado
conveniente dejarlas sobrevivir y fortalecerse contra la oposición de
las fuerzas de Satanás, y la influencia de los instrumentos humanos
que han ayudado a Satanás en su obra.
Se me mostraron otras mujeres en la localidad de _____ que
luchaban contra la verdad. Se me mostró una que había aceptado
unos pocos puntos de la verdad, y luego no había continuado con el
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pueblo remanente de Dios. Tenía un elevado concepto de sí misma
y pensaba entenderlo todo. Era sabia según su propia opinión, y se
me mostró que constantemente miraba hacia atrás y se refería a una
experiencia del pasado; debido a que había recibido cierto grado de
luz, se había ensalzado y había pensado que tenía luz y conocimiento
suficientes para instruir a todo el cuerpo. Tiene una fe debilitada y
desconectada. Muchas de sus ideas acerca de la verdad son erróneas;
sin embargo, es egoísta y justa ante sus propios ojos. Está muy
dispuesta a instruir pero no quiere que se le enseñe. Ha despreciado
la instrucción y ha desechado las enseñanzas que Dios ha enviado
mediante sus siervos. Vi que ella hacía referencia a su justicia, su
devoción y su vida de oración. Lo mismo que el fariseo, enumera sus
buenas obras: “Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano,
ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano”.
Lucas 18:11-12
. La oración del fariseo no fue tomada en cuenta; fue
la oración del pobre publicano, quien únicamente pudo decir: “Dios,
sé propicio a mí, pecador”, la que suscitó la misericordia del Señor.
Su oración fue aceptada, mientras la oración del fariseo engreído
fue rechazada. “Porque cualquiera que se enaltece, será humillado;
y el que se humille será enaltecido”.
Lucas 18:14
.
(
Apocalipsis 3:17-18
): “Porque tú dices: Yo soy rico, y me he
enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú