Página 567 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Obediencia a la verdad
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verdad los alcancen, y si se dice verdad en modo alguno, han de
ser golpeados. Algunos piensan que no pueden enmendarse; que se
sacrificaría la salud si intentaran dejar el uso del té, el tabaco y las
comidas a base de carnes. Esta es la insinuación de Satanás. Son
estos estimulantes dañinos los que están ciertamente minando la
constitución física y preparando el sistema para graves enfermedades
al incapacitar la delicada maquinaria natural y demoler sus defensas
erigidas contra las enfermedades y la decadencia prematura.
Aquellos que efectúan un cambio y abandonan estos estimu-
lantes artificiales, por algún tiempo sentirán su pérdida y sufrirán
considerablemente sin ellos, como lo hace el alcohólico atado al
licor. Quítenle las bebidas intoxicantes y él sufre terriblemente. Pe-
ro si se empeña en abstenerse, pronto vencerá la terrible falta de
éste. La naturaleza acudirá en su ayuda y permanecerá en su lugar
hasta que la falsa muleta sea nuevamente substituida. Algunos han
adormecido tanto las delicadas sensibilidades de la naturaleza que
podría requerirse cierto tiempo para recuperarse del abuso que se le
ha hecho sufrir por medio de los hábitos pecaminosos del hombre,
y la indulgencia de un apetito adquirido y depravado, lo cual ha
disminuído y debilitado su fuerza.
Déle una oportunidad a la naturaleza y ésta recobrará el vigor
y una vez más realizará su parte noblemente y bien. El uso de
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estimulantes no naturales es destructivo para la salud y tiene una
entorpecedora influencia sobre el cerebro, causando que sea imposi-
ble apreciar los asuntos eternos. Los que acarician estos ídolos no
pueden valorar correctamente la salvación que Cristo efectuó por
ellos con su vida de abnegación, perenne sacrificio y reproche, y
finalmente al dar su propia vida inmaculada para salvar a los seres
humanos de la muerte inminente.
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