Página 608 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
que Jesucristo va adelante mostrándole el camino. En la posición
de responsabilidad que ocupa, ha hecho daño a su propia alma y
ha influido sobre otros. Si camina en sentido opuesto al de Dios,
él caminará en contra suya. Dios desea usarlo, pero usted debe dar
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muerte al yo y sacrificar su orgullo. El Señor planea usarlo en su
causa si usted sigue su clara providencia y de corazón se santifica
y se limpia a sí mismo de toda impureza de la carne y de espíritu,
perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
El segundo testimonio escrito en mayo de 1867, es el siguiente
y está dirigido a la juventud que trabaja en las oficinas de la Review
and Herald:
Queridos jóvenes empleados en la oficina de publicaciones en
Battle Creek: Siento una carga respecto a vosotros. Repetidamente
he mostrado que todos los que están asociados con la divina obra
de publicar la verdad presente que habrá de esparcirse por todos los
rincones del campo, debieran ser cristianos, no solamente de nombre,
sino en obras y verdad. Sus objetivos no deben ser solamente trabajar
por salarios; en cambio, todos los que están comprometidos en esta
grande y solemne obra debieran sentir que su interés está en el
trabajo, y que éste es parte de ellos. Sus motivos e influencia al
asociarse a sí mismos con esta obra grande y solemne deben pasar
la prueba del juicio. A nadie que manifieste egoísmo y orgullo se le
debe permitir asociarse con la oficina de publicaciones.
Se me mostró que los obreros de la casa publicadora no deben
participar de liviandades e insensateces, bromas y risotadas. Los que
se ocupan en la solemne obra de preparar verdades que han de ir a
todo el campo debieran comprender que su comportamiento tiene
influencia. Si son descuidados, chanceros, burlones, bromeando y
riéndose mientras leen y preparan verdades solemnes que han de
publicarse, muestran que sus corazones no están en el trabajo ni
están santificados por la verdad. No disciernen las cosas sagradas.
En cambio, manejan la verdad que habrá de probar el carácter, verdad
que es de origen celestial, como un cuento común, como una historia,
que sólo se asoma a la mente y luego es fácilmente borrada.
Mientras estaba en Róchester vi que desde el punto de vista
de la salud, teníamos toda razón para temer respecto a la oficina;
que nadie relacionado con ella veía la necesidad de proporcionarle
ventilación adecuada. Sus oficinas estaban demasiado calientes, y