Página 611 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Los obreros de la casa editora
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cidos, y muchas almas que se oponen a la verdad sean convertidas y
compelidas a decir: Estas cosas son así; no se pueden contradecir.
Todos deben sentir que la oficina es un lugar sagrado, tan sagrado
como la casa de Dios. Pero Dios ha sido deshonrado por la frivolidad
y liviandad de algunos asociados con la obra. Vi que los visitantes
del extranjero a menudo se iban de la oficina desanimados. La habían
asociado con algo sagrado; pero cuando observaron a los jóvenes
u otros asociados con la oficina, actuar con poca seriedad y ser
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descuidados en sus palabras y acciones, les hizo dudar de si, después
de todo, ésta será en verdad la obra de Dios para preparar a un pueblo
para su traslación al cielo. Que Dios bendiga este testimonio para
todos a quienes es dirigido.
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