Declaraciones hirientes y crueles
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insatisfacción, lo cual no podía beneficiar en nada a los errantes y
sólo podía hacerlo sentirse muy infeliz, descalificándolo para que
la paz de Dios morara en él, la cual lo llevaría a dar gracias a Dios
por todo. El Señor permitió que su mente sintiera desaliento con
respecto a sus propios errores y equivocaciones, y que llegara casi
al punto de no esperar el perdón, no porque sus pecados hayan
sido de tal magnitud, sino para que pudiera conocer por experiencia
cuán doloroso e insoportable sería hallarse sin el perdón de Dios,
y para que comprendiera qué significa la expresión bíblica: “Si no
perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os
perdonará vuestras ofensas”. Vi que si Dios fuera tan exigente como
nosotros y nos tratara de la manera como nos tratamos unos a otros,
todos seríamos lanzados a un estado de desánimo sin esperanza.
Se me mostró que Dios había permitido que nos sobreviniera esta
aflicción para enseñarnos mucho que de otro modo no hubiéramos
podido aprender en tan poco tiempo. Era su voluntad que fuéramos a
_____, porque sin ello nuestra experiencia no habría sido completa.
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Quería que viéramos y comprendiéramos mejor que es imposible
que los que obedecen la verdad y guardan sus mandamientos vivan
conforme a sus convicciones acerca del deber, si se unen con los
dirigentes de _____; en lo que respecta a servir a Dios, sus principios
no pueden mezclarse mejor de lo que se mezclan el agua y el aceite.
Los únicos que pueden estar seguros en _____ aun por corto tiempo,
son los individuos que poseen los principios más puros y la mayor
independencia mental, los que piensan y actúan por sí mismos,
manteniendo ante sí el temor de Dios y confiando en él. A los que
no tengan estas calificaciones no se les debe aconsejar que asistan a
esa institución, porque sus mentes se confundirán por las palabras
suaves de sus dirigentes y serán envenenadas por sus engaños sutiles,
cuyo origen es Satanás.
La influencia de ellos, y sus enseñanzas con respecto al servicio
de Dios y la vida religiosa se hallan en directa oposición a las
enseñanzas del Señor y sus discípulos. Por precepto y por ejemplo
rebajan la norma de piedad y dicen que no necesitan entristecerse
por sus pecados o separarse del mundo con el fin de ser seguidores
de Cristo, sino que pueden seguir mezclándose con el mundo y
participando de sus placeres. Esos dirigentes no quieren exhortar
a sus adherentes a imitar la vida de Cristo en oración, sobriedad