Página 635 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

Declaraciones hirientes y crueles
631
todos de que el cristiano tiene una fuente de fortaleza y alegría que a
los amadores de los placeres les resulta completamente desconocida.
Dios nos concedió un lugar en el corazón de todas las personas
influyentes de _____, y en el futuro, cuando los pacientes que ahora
están allí vuelvan a sus diferentes hogares, nuestras labores harán
que se acuerden de nosotros; y cuando nos veamos acosados, por
lo menos algunos de ellos serán nuestros defensores. También el
Señor quería que al ir nosotros a _____, nos beneficiáramos con una
experiencia que no habríamos obtenido en Battle Creek, rodeados
de hermanos y hermanas que simpatizaban con nosotros. Debíamos
separarnos de ellos, para que no hiciéramos de ellos nuestro apoyo
en vez de apoyarnos en el Señor y confiar sólo en él. Separados
casi completamente del pueblo de Dios, fuimos sacudidos hasta
desvincularnos de toda ayuda terrenal y poner nuestra esperanza
únicamente en Dios. Al hacer esto obtuvimos una experiencia que
no podríamos haber desarrollado si no hubiéramos ido a _____.
Cuando el valor y la esperanza de mi esposo comenzaron a vaci-
lar, dejamos de estar en situación de beneficiar a nadie en ese lugar, y
no nos podía hacer ningún bien el quedarnos allí. No era la voluntad
de Dios que mi esposo se quedara allí despojado de su fortaleza,
sino que en su estado de debilidad fuera entre sus hermanos que le
[535]
podían ayudar a sobrellevar sus aflicciones. Mientras nos hallábamos
separados del pueblo de Dios y afligidos, tuvimos la oportunidad de
reflexionar, de pasar cuidadosa revista a nuestra vida pasada, y ver
nuestros errores y mal proceder, y de humillarnos delante de Dios
y buscar su rostro por la confesión, la humillación y frecuentes y
fervorosas oraciones. Mientras estábamos activamente empeñados
en nuestras labores, llevando las cargas de otros, y afanados con
muchos cuidados, nos resultaba imposible hallar el tiempo necesario
para reflexionar y repasar cuidadosamente el pasado, aprendiendo
así las lecciones que Dios veía que nos era necesario aprender. Se
me mostró entonces que Dios no podía glorificar su nombre res-
pondiendo a las súplicas de su pueblo y levantando a mi esposo
a la salud en respuesta a sus oraciones, mientras estuviéramos en
_____. Eso habría sido equivalente a unir su poder con el poder de
las tinieblas. Si le hubiera placido manifestar su poder restaurando a
mi esposo, los médicos de allí se hubieran apropiado la gloria que
debiera serle dada sólo a Dios.