Página 636 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

632
Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
Dijo el ángel: “Dios será glorificado en la restauración de su
siervo a la salud. Ha escuchado las oraciones de sus siervos. Ha
puesto sus brazos bajo su siervo afligido. Dios ha tomado el caso,
y su siervo debe, aunque afligido, echar a un lado sus temores, su
ansiedad, sus dudas e incredulidad, y confiar tranquilamente en el
Dios grande pero misericordioso, que se compadece de él, y lo ama
y cuida. Tendrá conflictos con el enemigo, pero debe reconfortarse
recordando que Uno más fuerte que el enemigo se ha hecho cargo
de él, y no necesita temer. Confíe por fe en las evidencias que Dios
se ha complacido en darle, y triunfará gloriosamente en Dios”.
Vi que el Señor nos estaba concediendo una experiencia que en
el futuro sería para nosotros del mayor valor en conexión con su
obra. Vivimos en un tiempo solemne, en medio de las escenas finales
de la historia de este mundo, y el pueblo de Dios no está despierto.
Deben levantarse y progresar más en la reforma de sus hábitos de
vida, en la comida, la vestimenta, el trabajo y el reposo. En todos
estos aspectos debieran glorificar a Dios y estar preparados para
presentarle batalla a nuestro gran enemigo, y gozar de las preciosas
victorias que Dios ha reservado para los que ejerzan temperancia en
todas las cosas mientras luchan por una corona incorruptible.
Vi que Dios estaba preparando a mi esposo para que se dedicara
a la obra solemne y sagrada de reforma que él desea ver progresar
[536]
entre su pueblo. Es importante que los pastores den instrucciones
sobre cómo vivir en forma temperante. Debieran mostrar la relación
que existe entre los hábitos de alimentación, de trabajo, descanso
y vestimenta, y la salud. Todos los que creen la verdad para estos
últimos días tienen algo que hacer en este sentido. Es su deber—
y Dios lo requiere de ellos—, que se levanten e interesen en esta
reforma. No le complacerá su conducta si miran este asunto con
indiferencia.
Los abusos del estómago por la gratificación del apetito son la
fuente fructífera de la mayoría de los problemas que surgen en la
iglesia. Los que comen y trabajan en forma intemperante e irracio-
nal, hablan y actúan irracionalmente. Una persona intemperante no
puede ser paciente. No es necesario consumir bebidas alcohólicas
para ser intemperante. El pecado de comer en forma inmoderada,
con demasiada frecuencia, en cantidad excesiva alimentos ricos y
malsanos, destruye la acción sana de los órganos digestivos, afecta el