Página 640 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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El peligro de la confianza propia
Hermano F: El día 25 de diciembre de 1865 se me mostró que
en Maine había comenzado una buena obra. Se me señaló en forma
especial el campo de trabajo en el cual se ha establecido una com-
pañía como fruto de las labores del Hno. Andrews y las de usted,
cuyos miembros han manifestado su interés y amor por la verdad al
construir una casa de culto. Hay todavía una gran obra que hacer en
favor de esta compañía. Un buen número han sido convertidos a la
teoría de la verdad; otros han decidido por el peso de la evidencia;
ven belleza en la cadena de eslabones de la verdad, todos unidos en
un todo armonioso y perfecto. Aman los principios de la verdad; sin
embargo, no se han dado cuenta de su influencia santificadora. Estas
almas están expuestas a los peligros de los últimos días. Satanás
ha preparado sus engaños y trampas para los faltos de experiencia.
Trabaja por intermedio de sus agentes, ministros que desprecian
la verdad y pisotean ellos mismos la ley de Dios, enseñando a sus
oyentes a hacer lo mismo.
Los miembros de esta compañía que ha recibido una verdad
impopular sólo podrán estar seguros si ponen su confianza en Dios
y se dejan santificar por la verdad que profesan. Han dado un paso
importante y necesitan ahora una experiencia religiosa que los haga
ser hijos e hijas del Altísimo, y herederos de la herencia inmortal
comprada para ellos por su Hijo amado. Los que han sido instru-
mentos para presentarles la verdad no debieran cesar en sus labores
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en este importante período, sino que debieran seguir perseverando
en sus esfuerzos hasta que estas almas sean recogidas en el granero
de Cristo. Debe dárseles suficiente instrucción para que obtengan
por sí mismos y en forma inteligente la evidencia de que la verdad
ha sido para ellos salvación.
Vi que Dios haría una obra aun mayor en Maine, si todos los
que laboran en la causa se consagran a él sin confiar en sus propias
fuerzas, sino en la Fortaleza de Israel. Se me mostró que el Hno.
Andrews y usted han trabajado mucho y no han tenido el reposo
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