Página 707 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

Basic HTML Version

Libros y folletos
703
los pastores Andrews, Waggoner, White y Loughborough, que están
encargados de supervisar la obra, y que en consecuencia llevan una
cantidad adicional de cuidados, cargas y labor, no debieran asumir
cargas mayores al encargarse de la venta de nuestras publicaciones,
especialmente en las reuniones en carpa y en los congresos de la
Asociación General. Esta opinión fue expresada para corregir a los
que rebajaron a tal punto la dignidad de su obra en esas asambleas,
que llegaron a colocar ante la multitud mercadería que no tenía
ninguna conexión con la obra.
Aquellos de nuestros pastores que gozan de un estado de salud
confortable, pueden con toda propiedad dedicarse, en las ocasiones
apropiadas, a vender nuestras importantes publicaciones. En espe-
cial, la venta y circulación de las obras a que recientemente se ha
tratado de llamar la atención de nuestro pueblo, requiere esfuerzos
vigorosos de su parte en este tiempo. En cuatro semanas, en nuestro
viaje por los condados de Gratiot, Saginaw y Tuscola, mi esposo
[596]
vendió, y regaló a los pobres, publicaciones por valor de 400 dóla-
res. Primero le explicaba a la gente la importancia de los libros; a
continuación ellos se mostraban listos a comprarlos tan rápido como
mi esposo con varios otros ayudantes pudieran despacharlos.
¿Por qué nuestros hermanos no mandan con mayor liberalidad
sus promesas para incrementar el fondo para libros y folletos? Y
nuestros ministros, ¿por qué no se dedican con mayor entusiasmo a
esta obra? Nuestro pueblo debiera comprender que este tipo de obra
es precisamente lo que se necesita para ayudar a los que necesitan
ayuda. Esta es una oportunidad de invertir medios conforme al
bendito plan de la liberalidad. A veces podemos leer a los hombres
casi con la misma claridad con que leemos un libro. Hay entre
nosotros gente que coloca de cien a mil dólares o más en el Instituto
de Salud, y que prometen dar entre cinco y veinticinco dólares a la
gran empresa de publicar libros, panfletos y folletos que proclaman
verdades que tienen que ver con la vida eterna. El uno era una
inversión. El otro, según podemos colegir al ver cuán pequeñas eran
las promesas, se lo considera una pérdida total.
No guardaremos silencio sobre este tema. Nuestro pueblo se
entregará a la tarea. Los medios vendrán. Y queremos decir a los
que son pobres y quieren los libros: Manden sus órdenes, explicando
cómo está su condición en lo relativo a los bienes de este mundo.