Página 738 - Testimonios para la Iglesia, Tomo 1 (2003)

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Testimonios para la Iglesia, Tomo 1
no combatientes. Cualquiera que fuera su asignación, se esforzaron
por hacer brillar su luz. Durante varios meses se publicó regular-
mente en la
Review and Herald
una lista de recibos para un fondo
de tratados para soldados, cuyo propósito era proveer publicaciones
para distribuir entre los hombres.
La experiencia de los adventistas en conexión con la Guerra
Civil de los Estados Unidos, los llevó a dar los pasos necesarios para
obtener una situación reconocida como no combatientes, lo cual
al mismo tiempo les permitía seguir las admoniciones bíblicas en
cuanto a nuestra relación con las autoridades terrenales, las cuales
son establecidas por Dios.
Páginas 372, 402, Reforma en la Manera de Vestir: En general,
los vestidos que usaban las mujeres en los Estados Unidos en la
época cuando se escribió esto (1863, 1867), eran muy dañinos para
la salud. Eran especialmente objetables por su largo exagerado, la
constricción de la cintura por el corsé, y por el peso de las faldas
que se suspendían de las caderas. Unos diez años antes, algunas
mujeres prominentes en la escena nacional iniciaron un movimiento
para adoptar un nuevo estilo de vestimenta que se hallara exento
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de estas serias objeciones. La nueva moda de vestir se parecía un
tanto al traje turco que usaban tanto los varones como las damas. El
movimiento se volvió tan popular que por un tiempo se llevaron a
cabo convenciones anuales de “reforma en la vestimenta”.
El “traje americano” al cual se refiere aquí la Sra. de White,
era una modificación del estilo anterior, y su proponente era la Dra.
Harriet Austin de Dansville, Nueva York. Combinaba una falda corta
“que llegaba más o menos a la mitad de la distancia entre la cadera
y la rodilla”, con pantalones, chaqueta (saco) y chaleco de aspecto
masculino. Véase la descripción en las páginas 409-410. En 1864 se
le mostró a Elena de White que este “así llamado vestido de reforma”
no era apropiado para que lo adoptara el pueblo de Dios.
En 1865, la Sra. de White, a través de
How to Live
no 6, (cómo
vivir), apeló a nuestras hermanas urgiéndolas a adoptar un estilo de
vestir que fuera modesto y saludable. El año siguiente, el Instituto de
Reforma de Salud, recientemente establecido en Battle Creek diseñó
un patrón de vestido que corregía los extremos del traje americano
corto y de los vestidos excesivamente largos que eran de uso común.