Página 143 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La crisis venider
“ENTONCES el dragón fué airado contra la mujer; y se fué a
hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan
los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo.”
Apocalipsis 12:17
. En el cercano futuro veremos cumplirse estas
palabras, cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y
con el poder papal contra los observadores de los mandamientos. El
mismo espíritu que movió a los papistas en siglos pasados, inducirá
a los protestantes a seguir una conducta similar hacia aquellos que
se mantienen leales a Dios.
La Iglesia y el Estado están haciendo ahora preparativos pa-
ra el conflicto futuro. Los protestantes están trabajando en forma
disfrazada para llevar el domingo al frente, como lo hicieron los
romanistas. En toda la tierra el papado está acumulando sus altas y
macizas estructuras en cuyos secretos recintos se han de repetir sus
antiguas persecuciones. Y se está preparando el camino para que se
manifiesten en gran escala esos prodigios mentirosos por los cuales
Satanás seduciría, si fuese posible, a los mismos escogidos.
El decreto que ha de proclamarse contra el pueblo de Dios será
muy similar al que promulgó Asuero contra los judíos en el tiem-
po de Ester. El edicto persa brotó de la malicia de Amán hacia
Mardoqueo. No porque Mardoqueo le hubiese hecho daño, sino
porque se negaba a mostrarle la reverencia que pertenece solamente
a Dios. La decisión del rey contra los judíos fué obtenida con falsas
declaraciones, por calumnias contra ese pueblo peculiar. Satanás
inspiró el plan, a fin de librar la tierra de aquellos que preservaban
el conocimiento del verdadero Dios. Pero sus maquinaciones fue-
ron derrotadas por un poder contrario que reina entre los hijos de
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los hombres. Los ángeles que son poderosos en fortaleza fueron
comisionados para que protegiesen al pueblo de Dios, y las maqui-
naciones de sus adversarios recayeron sobre sus propias cabezas.
El mundo protestante de hoy ve en el pequeño grupo que guarda el
Testimonios para la Iglesia 5:449-454 (1885)
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