Página 201 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La piedad práctica
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Es porque no hay entre nosotros profundos impulsos del Espíritu
de Dios. Nuestro Salvador es la escalera que Jacob vió, cuya base
descansaba en la tierra, y cuya cúspide alcanzaba a los altos cielos.
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Esto revela el señalado método de salvación. Si alguno de nosotros
se ha de salvar finalmente, será por haberse aferrado a Jesús como
a los peldaños de una escalera. Para el creyente, Jesús es hecho
sabiduría y justificación, santificación y redención. Nadie se imagine
que es una cosa fácil vencer—al enemigo, que puede ser llevado
a una herencia incorruptible sin esfuerzo de su parte. Mirar atrás
es sentir vértigo; soltarse es perecer. Pocos aprecian la importancia
de luchar constantemente para vencer. Cesan en su diligencia, y
como resultado se vuelven egoístas y sensuales. No creen esencial
la vigilancia espiritual. No dedican a la vida cristiana el fervor de
los esfuerzos humanos.
Se producirán algunas terribles caídas entre aquellos que pien-
san estar firmes, porque tienen la verdad; pero no la tienen como
es en Jesús. Un momento de descuido puede sumir un alma en una
ruina irreparable. Un pecado conduce a otro, y el segundo prepara
el camino para el tercero, y así sucesivamente. Como fieles men-
sajeros de Dios, debemos interceder con él constantemente para
ser guardados por su poder. Si nos desviamos una sola pulgada del
deber, estamos en peligro de seguir en una conducta de pecado que
terminará en la perdición. Hay esperanza para cada uno de nosotros,
pero únicamente de una manera, a saber, vinculándonos con Cristo,
y ejercitando toda energía para alcanzar la perfección de su carácter.
La religión que hace del pecado un asunto liviano, espaciándose
en el amor de Dios hacia el pecador sin tener en cuenta sus acciones,
estimula tan sólo al pecador a creer que Dios le recibirá mientras
continúa en lo que sabe que es pecado. Esto es lo que están haciendo
algunos que profesan creer la verdad presente. Mantienen la verdad
apartada de la vida, y ésta es la razón por la cual no tiene poder para
convencer y convertir el alma.
Dios me ha mostrado que la verdad tal como es en Jesús no ha
penetrado nunca en la vida de algunos en California. No tienen la
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religión de la Biblia. Nunca han sido convertidos. Y a menos que
su corazón sea santificado por la verdad que han aceptado, serán
atados con la cizaña porque no llevan racimos de precioso fruto para
demostrar que son pámpanos de la Vid viviente.