Página 207 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

Basic HTML Version

Elementos de éxito en la obra de Dio
Los que son llamados por Dios a trabajar en palabra y doctrina,
deben aprender siempre. Deben tratar constantemente de mejorar,
para ser dechados de la grey de Dios y hacer bien a todos aque-
llos con quienes se relacionan. Los que no sienten la importancia
del progreso y mejoramiento propio no crecerán en la gracia y el
conocimiento de Cristo.
Todo el cielo está interesado en la obra que se está haciendo
en este mundo, que ha de preparar hombres y mujeres para la vida
futura e inmortal. Es el plan de Dios que los agentes humanos
tengan el alto honor de actuar como colaboradores con Jesucristo en
la salvación de las almas. La Palabra de Dios revela plenamente que
es el privilegio del instrumento en esta gran obra sentir que hay a
su diestra Uno que está listo para ayudarle en todo esfuerzo sincero
para alcanzar la más sublime excelencia moral y espiritual en la obra
del Maestro. Tal será el caso con todos los que sientan necesidad
de ayuda. Deben considerar la obra de Dios como sagrada y santa,
y deben traerle cada día ofrendas de gozo y gratitud, en pago del
poder de su gracia que los capacita para progresar en la vida divina.
El obrero debe tener humilde opinión de sí mismo y considerar las
muchas oportunidades que perdió por falta de diligencia y aprecio
de la obra. No debe desalentarse, sino renovar continuamente sus
esfuerzos para redimir el tiempo.
Los hombres a quienes Dios eligió como ministros suyos de-
ben prepararse para la obra mediante un escudriñamiento cabal del
corazón y una íntima comunión con el Redentor del mundo. Si no
tienen éxito en ganar almas para Cristo, es porque su propia alma
no está en armonía con Dios. Hay demasiada ignorancia voluntaria
en muchos de los que predican la Palabra. No están calificados para
[219]
esta obra por un cabal entendimiento de las Escrituras. No sienten
la importancia de la verdad para este tiempo, y por lo tanto la ver-
dad no es para ellos una realidad viviente. Si humillasen sus almas
Testimonios para la Iglesia 5:573-580 (1889)
.
203