Página 209 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Elementos de éxito en la obra de Dios
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gran norma de justicia. Verán sus propios defectos; y verán también
que deben recibir la ayuda del Espíritu de Dios a fin de quedar
preparados para la grande y solemne obra que en este tiempo se
impone a los embajadores de Dios.
Cristo dijo: “Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y
bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi
carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el
día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es
verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí
permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo
por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.”
Juan 6:53-57
. ¿Cuántos de los que están trabajando en palabra y en
doctrina están comiendo la carne de Cristo y bebiendo su sangre?
¿Cuántos pueden comprender este misterio? El Salvador mismo
explica este asunto: “El espíritu es el que da vida; la carne nada
aprovecha: las
palabras
que yo os he hablado, son
espíritu,
y son
vida
.”
Vers. 63
. La Palabra de Dios debe estar entretejida con el
carácter vivo de los que la creen. La única fe vital es la que recibe
y asimila la verdad hasta que es parte del ser y el poder motor de
la vida y la acción. Jesús es llamado el Verbo de Dios. Aceptó la
ley de su Padre, desarrolló sus principios en su vida, manifestó su
espíritu y demostró su poder benéfico en el corazón. Dice Juan: “Y
aquel Verbo fué hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su
gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de
verdad.”
Juan 1:14
. Los que siguen a Cristo deben participar de su
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experiencia. Deben asimilar la Palabra de Dios. Deben ser cambiados
a su semejanza por el poder de Cristo y reflejar los atributos divinos.
Deben comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios, o no hay
vida en ellos. El espíritu y la obra de Cristo deben llegar a ser el
espíritu y la obra de sus discípulos.
La verdad en la vida
No es suficiente predicar la verdad; debe ser puesta en práctica
en la vida. Cristo debe morar en nosotros, y nosotros en él a fin
de hacer la obra de Dios. Cada uno debe tener una experiencia
individual y realizar esfuerzos personales para alcanzar las almas.
Dios requiere de cada uno que consagre todas sus facultades a la