Página 210 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
obra y que por un esfuerzo continuo se eduque para hacer esa obra
aceptablemente. Espera que cada uno lleve la gracia de Cristo a
su corazón, a fin de ser una luz brillante y resplandeciente para el
mundo. Si los que trabajan para Dios adiestran todas sus facultades
cabalmente, podrán trabajar comprensivamente, con toda sabiduría,
y Dios responderá seguramente a sus esfuerzos elevando, refinando
y salvando a sus semejantes. Todos los obreros deben emplear tacto
y poner sus facultades bajo la influencia directora del Espíritu de
Dios. Deben dedicarse a estudiar su Palabra y oír la voz de Dios que
se les dirige desde sus oráculos vivientes con reproches, instrucción
o estímulo, y su Espíritu los fortalecerá, a fin de que progresen en la
experiencia religiosa como obreros de Dios. Así serán conducidos
paso a paso a mayores luces y su gozo será completo.
Mientras se empeñan en la obra que Dios les ha dado, no hallarán
tiempo ni tendrán disposición para glorificarse; ni hallarán tiempo
para murmurar o quejarse, porque sus afectos estarán concentrados
en las cosas celestiales, no en las terrenales. El corazón, el alma y
el cuerpo estarán alistados en la obra del Maestro. No trabajarán
egoístamente, sino que se negarán a sí mismos por amor de Cristo.
Alzarán su cruz; porque son sus verdaderos discípulos. Se alimenta-
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rán día tras día de las preciosas verdades de la Palabra de Dios, y así
serán fortalecidos para el deber y sostenidos para la prueba. De esta
manera vendrán a ser hombres y mujeres en Cristo, fuertes y bien
desarrollados. Serán entonces los verdaderos hijos e hijas del Rey
celestial.
La grandeza de la verdad que aman y contemplan, expandirá la
mente, fortalecerá el juicio y elevará el carácter. No serán novicios
en la gran obra de salvar almas; porque estarán trabajando con la
sabiduría que Dios les haya dado. Ni tampoco serán enanos en
la vida religiosa, sino que crecerán en Cristo, su cabeza viviente,
hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. Los
conflictos con los enemigos de la verdad no harán sino fortalecer
sus esperanzas, y tendrán preciosas victorias, porque invocan en su
ayuda al poderoso Auxiliador, que nunca desilusiona al humilde
suplicante. Si sus esfuerzos tienen éxito, darán toda la gloria a Dios.
El Cielo se les acercará mucho para simpatizar y cooperar con ellos.
Serán hechos de veras espectáculo para el mundo, los ángeles y los
hombres. Serán caracteres señalados por su pureza de corazón y