Página 298 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
Despertémonos y obremos
Es necesario despertar al pueblo acerca de los peligros del tiempo
actual. Los centinelas están durmiendo. Sufrimos años de atraso.
Sientan los principales centinelas la urgente necesidad de prestar
atención a sus propios casos, no sea que pierdan las oportunidades
que tienen de ver los peligros.
Si los dirigentes de nuestras asociaciones no aceptan ahora el
mensaje que Dios les envía, ni entran en acción, las iglesias sufri-
rán una gran pérdida. Si, al ver venir la espada, el atalaya toca la
trompeta con sonido certero, las filas del pueblo harán repercutir
la advertencia, y todos tendrán oportunidad de prepararse para el
conflicto. Pero, con demasiada frecuencia, el caudillo ha estado va-
cilando y pareciendo decir: “No nos apresuremos demasiado. Puede
haber un error. Debemos tener cuidado de no provocar una falsa alar-
ma.” La misma vacilación e incertidumbre de su parte clama: “‘Paz
y seguridad.’
1 Tesalonicenses 5:3
. No os excitéis. No os alarméis.
Se le da a esta cuestión de la Enmienda Religiosa más importancia
de la que tiene. Esta agitación se apagará.” En esta forma se niega
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virtualmente el mensaje enviado por Dios; y la amonestación que
estaba destinada a despertar la iglesia no realiza su obra. La trompeta
del atalaya no emite un toque certero, y el pueblo no se prepara para
la batalla. Tenga el centinela cuidado, no sea que por su vacilación y
demora, deje que las almas perezcan, y se le haga responsable de la
sangre de ellas.
Durante muchos años hemos sabido que se promulgaría una
ley dominical en nuestro país; y ahora que el movimiento se ha
producido preguntamos: ¿Cumplirá nuestro pueblo con su deber al
respecto? ¿No podemos ayudar a enarbolar el estandarte y llamar al
frente a los que tienen consideración por sus derechos y privilegios
religiosos? Se está acercando rápidamente el momento en que los
que prefieran obedecer a Dios antes que a los hombres sentirán la
mano de la opresión. ¿Deshonraremos entonces a Dios guardando
silencio mientras que se pisotean sus santos mandamientos?
Mientras que por su actitud el mundo protestante hace concesio-
nes a Roma, despertémonos y comprendamos la situación, y con-
sideremos la verdadera orientación de la contienda que nos espera.
Alcen la voz los centinelas ahora, y den el mensaje que es verdad