Página 311 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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El carácter de Dios revelado en Cristo
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Sin embargo, cuando estudiemos la Biblia y meditemos en la vi-
da de Cristo y el plan de redención, estos grandes temas se revelarán
más y más a nuestro entendimiento. Y alcanzaremos la bendición
que Pablo deseaba para la iglesia de Efeso, cuando rogó: “El Dios
del Señor nuestro Jesucristo, el Padre de gloria, os dé
espíritu de
sabiduría y de revelación para su conocimiento;
alumbrando los
ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál sea la esperanza
de su vocación, y cuáles
las riquezas de la gloria
de su herencia en
los santos, y cuál aquella
supereminente grandeza de su poder para
con nosotros los que creemos.”
Efesios 1:17-19
.
No demos satisfacción a Satanás
Satanás procura constantemente mantener las mentes humanas
ocupadas en aquellas cosas que les impedirán obtener el conocimien-
to de Dios. Trata de hacerlas dedicarse a aquello que obscurecerá
el entendimiento y desalentará el alma. Estamos en un mundo de
pecado y corrupción, rodeados de influencias que tienden a seducir
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o descorazonar a los que siguen a Cristo. El Salvador dijo: “Y por
haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos se resfriará.”
Mateo 24:12
.
Muchos fijan los ojos en la terrible perversidad que existe en
derredor de ellos, la apostasía y la debilidad que hay por todas partes,
y hablan de estas cosas hasta que su corazón está lleno de tristeza
y duda. Hacen predominar ante sus mentes la obra magistral del
gran engañador, se espacian en los rasgos desalentadores de su
experiencia, al par que parecen perder de vista el poder y el amor
sin par del Padre celestial. Todo esto está conforme con la voluntad
de Satanás. Es un error pensar en el enemigo de la justicia como
revestido de poder tan grande, cuando nos espaciamos tan poco
en el amor de Dios y en su poder. Debemos hablar del poder de
Cristo. Somos completamente impotentes para rescatarnos de las
garras de Satanás; pero Dios ha señalado una vía de escape. El Hijo
del Altísimo tiene fuerza para pelear la batalla por nosotros; y por
“Aquel que nos amó,” podemos hacer “más que vencer.”
Romanos
8:37
.
No obtenemos fuerza espiritual si sólo pensamos en nuestras
debilidades y apostasías y lamentamos el poder de Satanás. Esta gran