Página 34 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
frente a la más acerba persecución? El profundo amor de Dios es lo
único que sostendrá al alma en medio de las pruebas que están por
sobrecogernos.
La abnegación y la cruz son nuestra porción. ¿Las aceptaremos?
Ninguno de nosotros necesita esperar que cuando vengan sobre
nosotros las últimas grandes pruebas se desarrollará un espíritu
abnegado y patriótico en un momento porque lo necesitamos. No, en
verdad. Este espíritu debe fusionarse con nuestra experiencia diaria,
e infundirse en la mente y el corazón de nuestros hijos, tanto por
los preceptos como por el ejemplo. Las madres de Israel pueden no
ser guerreras ellas mismas, pero pueden criar guerreros que se ciñan
toda la armadura y peleen virilmente las batallas del Señor.
Preparémonos para el día de prueba
Los ministros y el pueblo necesitan el poder convertidor y la
gracia antes que puedan subsistir en el día del Señor. El mundo está
aproximándose rápidamente a ese grado de iniquidad y deprava-
ción humanas que harán necesaria la intervención de Dios. Y en
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ese tiempo los que profesan seguirle deben ser tanto más notados
por su fidelidad a su santa ley. Su oración debe ser como la de Da-
vid: “Tiempo es de hacer, oh Jehová; disipado han tu ley.”
Salmos
119:126
. Por su conducta dirán: “Por eso he amado tus mandamien-
tos más que el oro, y más que oro muy puro.”
Salmos 119:127
. El
mismo desprecio que se manifiesta hacia la ley de Dios es suficiente
razón para que los que observan sus mandamientos se adelanten y
muestren su estima y reverencia por su ley pisoteada.
“Y por haberse multiplicado la maldad, la caridad de muchos
se resfriará.”
Mateo 24:12
. La misma atmósfera está contaminada
de pecado. Pronto los hijos de Dios serán probados por intensas
pruebas, y muchos de aquellos que ahora parecen ser sinceros y fieles
resultarán ser vil metal. En vez de ser fortalecidos y confirmados por
la oposición, las amenazas y los ultrajes, se pondrán cobardemente
del lado de los opositores. La promesa es: “Yo honraré a los que me
honran.”
1 Samuel 2:30
. ¿Estaremos menos firmemente ligados a la
ley de Dios porque el mundo en general haya tratado de anularla?
Ya los juicios de Dios están en la tierra, según se ven en tem-
pestades, inundaciones, tormentas, terremotos, peligros por tierra