Página 373 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La parábola de la oveja perdida
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éxtasis de gozo se expresa en esta parábola! Y es nuestro privilegio
participar de este gozo.
¿Estáis vosotros, los que veis este ejemplo, cooperando con el
que está tratando de salvar a los perdidos? ¿Sois colaboradores con
Cristo? ¿No podéis soportar por su causa sacrificios, padecimien-
tos y pruebas? Hay oportunidad de hacer bien a las almas de los
jóvenes y de los que yerran. Si veis a alguno cuyas palabras o ac-
titud demuestran que está separado de Dios, no le culpéis. No es
obra vuestra condenarle, sino acercaros a su lado para darle ayuda.
Considerad la humildad de Cristo, su mansedumbre y sumisión, y
obrad como él obró, con el corazón lleno de ternura santificada. “En
aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todos los linajes de
Israel, y ellos me serán a mí por pueblo. Así ha dicho Jehová: Halló
gracia en el desierto el pueblo, los que escaparon del cuchillo, yendo
yo para hacer hallar reposo a Israel. Jehová se manifestó a mí ya
mucho tiempo ha, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto
te soporté con misericordia.”
Jeremías 31:1-3
.
Para obrar como Cristo obró, debemos crucificar el yo. Es una
muerte dolorosa; pero es vida para el alma. “Porque así dijo el Alto
y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo
habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar
el corazón de los quebrantados.”
Isaías 57:15
.
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