Página 377 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La necesidad de una reforma educacional
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El estudio de la Biblia
Las urgentes necesidades que se están haciendo sentir en este
tiempo exigen una educación constante en el conocimiento de la
Palabra de Dios. Esta es verdad presente. Por todo el mundo debiera
haber una reforma en el estudio de la Biblia, pues hoy se necesita
como nunca antes. A medida que esta reforma progrese, se realizará
una obra poderosa; pues cuando Dios declaró que su Palabra no
volverá a él vacía quiso decir realmente todo lo que dijo. El cono-
cimiento de Dios y de Jesucristo, a quien envió es la más elevada
educación y ella llegará a cubrir la tierra con su maravillosa luz,
como las aguas cubren la mar.
El estudio de la Biblia es especialmente necesario en las escuelas.
Los alumnos debieran ser arraigados y fundados en la verdad divina.
Se debiera llamar su atención no ya a los asertos de los hombres, sino
a la Palabra de Dios. Por sobre todos los demás libros, la Palabra
de Dios debe ser nuestro tema de estudio, el gran libro de texto, la
base de toda educación; y nuestros niños deben ser educados en
las verdades que ella encierra, sin atender a hábitos y costumbres
precedentes. Al hacer esto, maestros y alumnos encontrarán el tesoro
escondido: la educación más elevada.
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Los preceptos bíblicos han de regir la vida cotidiana. La cruz
de Cristo ha de ser el tema, y nos ha de revelar las lecciones que
hemos de aprender o practicar. Debe introducirse a Cristo en todos
los estudios, para que los alumnos absorban el conocimiento de
Dios y le puedan representar en su carácter. Su excelencia ha de ser
nuestro tema de estudio en el presente como lo será en la eternidad.
La Palabra de Dios, emitida por Cristo en el Antiguo y en el Nuevo
Testamento, es el pan del cielo; pero mucho de lo que se llama
ciencia es como manjares de invención humana, como alimento
adulterado; no es el verdadero maná.
En la Palabra de Dios hállase sabiduría indubitable, inagotable;
pues ella no se originó en la mente finita, sino en la infinita. Sin
embargo, mucho de lo que Dios ha revelado en su Palabra es obscuro
para los hombres debido a que las joyas de la verdad están sepultadas
debajo de los escombros de la sabiduría y la tradición humanas. Para
muchos, los tesoros de la Palabra permanecen ocultos debido a que
no los han buscado con ardiente perseverancia hasta haber compren-