Página 384 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
Cuando se abogó por nuevos métodos, se suscitaron tantas pre-
guntas y dudas, y fueron tantas las reuniones celebradas para dis-
cernir toda dificultad, que los reformadores se vieron estorbados y
algunos cesaron de pedir reformas. Parecieron incapaces de detener
la corriente de duda y crítica. Fueron pocos, comparativamente, los
que recibieron el Evangelio en Atenas, debido a que la gente alber-
gaba orgullo intelectual y sabiduría mundana y reputaba por locura
el Evangelio de Cristo. Pero, “lo loco de Dios es más sabio que los
hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres.” Por
lo tanto, “predicamos a Cristo crucificado, a los Judíos ciertamente
tropezadero, y a los Gentiles locura; empero a los llamados, así
Judíos como Griegos, Cristo potencia de Dios, y sabiduría de Dios.”
1 Corintios 1:25, 23, 24
.
Nos toca ahora comenzar de nuevo. Las reformas deben empren-
derse de todo corazón, alma y voluntad. Los errores pueden ser muy
antiguos, pero los años no hacen del error verdad, ni de la verdad
error. Se han seguido por demasiado tiempo los viejos hábitos y
costumbres. El Señor quiere que maestros y alumnos desechen aho-
ra toda idea falsa. No tenemos libertad para enseñar lo que cuadre
con la norma del mundo o la norma de la iglesia, sencillamente
porque así se suele hacer. Las lecciones enseñadas por Cristo han
de constituir la norma. Ha de tenerse estrictamente en cuenta lo
que el Señor ha dicho con respecto a la enseñanza que se ha de
impartir en nuestras escuelas; pues si en algunos respectos no existe
una educación de carácter completamente diferente de la que se ha
venido dando en algunas de nuestras escuelas, no necesitábamos
haber gastado dinero en la compra de terrenos y la construcción de
edificios escolares.
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Algunos sostendrán que si se da prominencia a la enseñanza
religiosa, nuestras escuelas llegarán a ser impopulares y que aque-
llos que no son de nuestra fe no las patrocinarán. Perfectamente;
vayan los tales a otras escuelas donde encuentren un sistema de
educación que cuadre con sus gustos. Es el propósito de Satanás
impedir por medio de estas consideraciones que se logre el objeto
por el cual nuestras escuelas fueron establecidas. Estorbados por
estas artimañas, los dirigentes razonan a la usanza del mundo, copian
sus planes e imitan sus costumbres. Muchos han demostrado su falta
de sabiduría de lo alto hasta el extremo de unirse a los enemigos