Página 418 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
eficiente en la obra de Dios? Se debe permitir a todos los jóvenes
gozar de los beneficios y privilegios de una educación en nuestras
escuelas a fin de que reciban estímulo para ser colaboradores de
Dios.
Se necesitan escuelas de iglesia
Muchas familias que con el objeto de educar a sus hijos se
trasladan a los lugares donde están establecidas nuestras escuelas
mayores prestarían mejor servicio al Maestro si se quedaran donde
se encuentran. Debieran animar a la iglesia de la cual son miembros a
establecer una escuela de iglesia donde los niños que habiten dentro
de sus confines pudieran recibir una educación cristiana perfecta y
práctica. Sería muchísimo mejor para sus hijos, para ellos mismos y
para la causa de Dios, si se quedasen en las iglesias más pequeñas,
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donde se ha menester de su ayuda, en lugar de ir a las más grandes,
donde, a causa de que no se les necesita, existe la constante tentación
a caer en la inercia espiritual.
Dondequiera que haya unos cuantos observadores del sábado,
los padres deben unirse para habilitar un lugar destinado a escuela
diaria donde sus hijos y jóvenes puedan ser enseñados. Deben ocu-
par a un maestro cristiano que, como consagrado misionero, eduque
a los niños de manera que los encamine hacia la vocación misionera.
Ocúpense maestros que den una educación cabal en los ramos co-
munes, haciendo de la Biblia el fundamento y vida de todo estudio.
Los padres deben ceñirse la armadura, y mediante su propio ejemplo
enseñar a sus hijos a ser misioneros. Deben trabajar mientras dure el
día; porque “la noche viene, cuando nadie puede obrar.”
Juan 9:4
. Si
quieren hacer esfuerzos abnegados, enseñando con perseverancia a
sus hijos a llevar responsabilidades, el Señor obrará con ellos.
Algunas familias de observadores del sábado viven solas o muy
separadas de otras de la misma fe. A veces han enviado a sus hijos a
nuestras escuelas de internos, donde recibieron beneficio, regresando
después para ser una bendición en su propio hogar. Pero algunas
no pueden mandar a sus hijos lejos del hogar para que se eduquen.
En tales casos, los padres deben hacer lo posible por emplear a un
maestro de vida religiosa ejemplar, para quien sea un placer trabajar