Página 429 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La administración de las escuelas
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Se debiera enseñar a los alumnos a proteger cuidadosamente
las cosas que les pertenecen como también las de la escuela. Se les
debiera inculcar la obligación de evitar cualquier gasto innecesario,
tanto en la escuela como cuando van y vienen de sus casas. La
abnegación es esencial. Debemos dar oídos a la instrucción recibi-
da, porque nos estamos acercando al fin del tiempo. Cada vez más
estaremos obligados a hacer planes para economizar. No podemos
administrar las cosas como si tuviésemos un banco de donde sacar en
caso de emergencia; por lo tanto, no debemos meternos en apreturas.
Como individuos y como administradores de las instituciones del
Señor tenemos necesariamente que suprimir todo lo que tenga ca-
rácter ostensivo y ajustar nuestros gastos dentro del estrecho círculo
de nuestros ingresos.
La buena administración
En algunas de nuestras escuelas, la administración financiera
puede mejorar mucho. Debe aplicarse a la obra más prudencia y
reflexión. Deben introducirse métodos prácticos para detener el
aumento de los gastos, los cuales llevarían a la deuda. En Battle
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Creek y College View se ha gastado en general demasiado dinero
en construcciones y más de lo que era necesario en amueblar los
internados.
Cuando los administradores de una escuela encuentran que ésta
no produce para cubrir sus gastos y las deudas se acumulan, deben
proceder como serenos hombres de negocios y cambiar sus métodos
y planes. Cuando un año ha demostrado que la administración finan-
ciera ha sido desacertada, hágase oír la voz de la prudencia. Haya
entonces una reforma resuelta. Los maestros pueden manifestar una
dignidad propia de Cristo al trazar e idear serios y sólidos planes
para mejorar el estado de cosas. Deben apoyar de todo corazón los
planes de los administradores y compartir sus cargas.
Tarifas demasiado bajas
En algunas de nuestras escuelas las tarifas de la enseñanza han
sido demasiado bajas. Esto ha sido, en muchos sentidos, perjudicial
para la obra educacional. Ha ocasionado deudas desalentadoras;