Página 438 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Joyas de los Testimonios 2
Dios verdadero y viviente. En la corte de Babilonia se hallaban
reunidos representantes de todos los países, hombres dotados de
los más selectos talentos y de abundantes dones naturales, hombres
que poseían la más alta cultura que pudiese otorgar este mundo; sin
embargo, en medio de todos ellos los cautivos hebreos eran sin par.
En fuerza y belleza física, en vigor mental y progreso literario, y
en fuerza y percepción espirituales, no tenían rivales. “Y en todo
negocio de sabiduría e inteligencia que el rey les demandó, hallólos
diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en
todo su reino.”
Daniel 1:20
. Aunque era fiel a sus deberes en la
corte del rey, Daniel se mantuvo tan leal a Dios que él pudo honrarle
como su mensajero ante el monarca babilónico. Por su medio, los
misterios de lo futuro fueron revelados, y Nabucodonosor mismo se
vió obligado a reconocer al Dios de Daniel como “Dios de dioses,
y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios.”
Daniel
2:47
.
Así también las instituciones establecidas por el pueblo de Dios
hoy han de glorificar su nombre. La única manera en que podemos
cumplir su expectativa es siendo representantes de la verdad para este
tiempo. Dios ha de ser reconocido en las instituciones establecidas
por los adventistas del séptimo día. Por su medio la verdad para este
tiempo ha de ser representada ante el mundo con poder convincente.
Hemos de representar el carácter de Dios
Somos llamados a representar ante el mundo el carácter de Dios
tal como fué revelado a Moisés. En respuesta a la oración de Moisés:
“Ruégote que me muestres tu gloria,” el Señor prometió: “Yo haré
pasar todo mi bien delante de tu rostro.” “Y pasando Jehová por
delante de él, proclamó: Jehová, Jehová, fuerte, misericordioso, y
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piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad; que
guarda la misericordia en millares, que perdona la iniquidad, la
rebelión, y el pecado.”
Éxodo 33:18, 19
;
34:6, 7
. Tal es el fruto que
Dios desea de su pueblo. Por la pureza de su carácter y la santidad
de su vida, por su misericordia y amor compasivo, han de demostrar
que la “ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma.”
Salmos 19:7
.
El propósito de Dios para sus instituciones hoy puede leerse
también en el propósito que trató de realizar mediante la nación