Página 439 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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El designio de Dios para nuestros sanatorios
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judía. Quería impartir ricas bendiciones a todos los pueblos por
medio de Israel. Así quería preparar el camino para la difusión de su
luz en el mundo entero. Al seguir costumbres corruptas, las naciones
del mundo habían perdido el conocimiento de Dios. Sin embargo, en
su misericordia Dios no quería raerlas de la existencia. Se proponía
darles oportunidad de conocerle por medio de su iglesia. Quería que
los principios revelados por su pueblo fuesen el medio de restaurar
en el hombre la imagen moral de Dios.
Cristo era su instructor. Así como los acompañó en el desierto y
mientras se establecían en la tierra prometida, iba a ser su Maestro y
Guía. En el tabernáculo y el templo, su gloria moraba en una santa
manifestación sobre el propiciatorio. Manifestaba constantemente
en su favor las riquezas de su amor y paciencia.
Dios deseaba hacer de su pueblo Israel una alabanza y una gloria.
Le dió toda ventaja espiritual. No privó a sus hijos de nada que
favoreciese la formación del carácter que los haría representantes
suyos.
La obediencia a las leyes de Dios iba a hacer de ellos maravillas
de prosperidad entre las naciones del mundo. El que podía darles
sabiduría y habilidad en todo trabajo y arte, continuaría siendo su
Maestro, y los ennoblecería y elevaría por medio de la obediencia a
sus leyes. Si eran obedientes, los preservaría de las enfermedades que
afligían a otras naciones, y serían bendecidos con vigor intelectual.
La gloria de Dios, su majestad y poder, habían de revelarse en toda
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su prosperidad. Habían de ser un reino de sacerdotes y príncipes.
El Señor les proporcionó toda facilidad para que llegasen a ser la
mayor nación de la tierra.
De la manera más definida, les presentó su propósito por me-
dio de Moisés y les dió a conocer los términos de su prosperidad.
“Porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios—dijo:—Jehová tu
Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos
los pueblos que están sobre la haz de la tierra.... Conoce, pues, que
Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la mise-
ricordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta las
mil generaciones.... Y será que, por haber oído estos derechos, y
guardado y puéstolos por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el
pacto y la misericordia que juró a tus padres; y te amará, y te bende-