Página 483 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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La obra misionera médica y el mensaje del tercer ángel
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En toda iglesia
La obra misionera médica debe ser parte de la obra de toda
iglesia en nuestro país. Separada de la iglesia, no tardaría en ser
una extraña mezcla de átomos desorganizados. Consumiría, pero no
produciría. En vez de actuar como mano auxiliadora de Dios para
hacer progresar su verdad, minaría la vida y la fuerza de la iglesia,
y debilitaría el mensaje. Dirigida independientemente, no sólo con-
sumiría talentos y recursos que se necesitarían en otros ramos, sino
que en la misma obra de ayudar a los dolientes aisladamente del
ministerio de la Palabra colocaría a los hombres donde se burlarían
de la verdad bíblica.
Se necesita el ministerio evangélico para dar permanencia y
estabilidad a la obra misionera médica; y el ministerio necesita
la obra misionera médica para demostrar el resultado práctico del
Evangelio. Ninguna parte de la obra es completa sin la otra.
El mensaje de la pronta venida del Salvador debe ser proclamado
en todas partes del mundo, y una dignidad solemne debe caracteri-
zarlo en todos sus ramos. Debe cultivarse una viña muy extensa, y
el labrador sabio la trabajará de tal manera que cada parte produzca
fruto. Si en la obra misionera médica se mantienen puros los princi-
pios de la verdad, sin que los contamine nada que podría empañar su
lustre, el Señor presidirá la obra. Si los que llevan las cargas pesadas
se mantienen firmes y leales a los principios de la verdad, el Señor
los sostendrá.
La unión que debe existir entre la obra misionera médica y el
ministerio se presenta claramente en el capítulo 58 de Isaías. Hay
sabiduría y bendición para los que quieran dedicarse a la obra allí
presentada. Este capítulo es explícito, y hay en él lo suficiente para
iluminar a cualquiera que desee hacer la voluntad de Dios. Ofrece
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abundante oportunidad de ministrar a la humanidad doliente y de ser
al mismo tiempo instrumento en la mano de Dios para comunicar
la luz de la verdad a un mundo que perece. Si la obra del mensaje
del tercer ángel se lleva a cabo debidamente, no se le asignará al
ministerio un lugar inferior, ni se descuidará a los pobres y enfermos.
En su Palabra, Dios ha unido estos dos ramos de la obra, y nadie
debe divorciarlos.