La obra misionera médica y el mensaje del tercer
ánge
Vez tras vez se me ha instruído en el sentido de que la obra misio-
nera médica debe tener con la obra del tercer ángel la misma relación
que tienen el brazo y la mano con el cuerpo. Bajo la dirección de
la Cabeza divina han de trabajar unánimemente en la preparación
del camino para la venida de Cristo. El brazo derecho del cuerpo de
la verdad debe estar constantemente activo, obrando de continuo,
y Dios lo fortalecerá. Sin embargo, no debe transformarse en el
cuerpo entero. El cuerpo no debe decir al brazo: “No te necesito.”
El cuerpo necesita al brazo para hacer una obra activa y agresiva.
Ambos tienen su obra señalada, y cada uno sufrirá gran pérdida si
obra independientemente del otro.
La obra de predicar el mensaje del tercer ángel no ha sido con-
siderada por algunos como Dios quiere que lo sea. Ha sido tratada
como una obra inferior, mientras que debiera ocupar un lugar impor-
tante entre los instrumentos humanos para la salvación del hombre.
Es necesario llamar la atención de los hombres a las Escrituras como
el agente más eficaz para la salvación de las almas, y el ministerio
de la Palabra es la gran fuerza educativa que ha de producir este
resultado. Los que desprecian el ministerio y procuran dirigir inde-
pendientemente la obra misionera médica, están procurando separar
el brazo del cuerpo. ¿Cuál sería el resultado si tuviesen éxito? Ve-
ríamos manos y brazos volando de aquí para allá, distribuyendo
recursos sin la dirección de la cabeza. La obra llegaría a ser des-
proporcionada y desequilibrada. Lo que Dios destinó a ser mano y
brazo tomaría el lugar de todo el cuerpo, y el ministerio seria em-
pequeñecido o totalmente pasado por alto. Esto desequilibraría las
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mentes y produciría confusión, y muchas porciones de la viña del
Señor quedarían sin cultivo.
Testimonios para la Iglesia 6:288-293 (1900)
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