Página 505 - Joyas de los Testimonios 2 (2004)

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Reavivamiento del colportaje
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La selección de colportores
Algunos están mejor dotados que otros para hacer cierta obra;
por lo tanto, no es correcto pensar que cualquiera puede ser colportor.
Algunos no tienen adaptabilidad especial para esta obra; pero no
debe considerárselos por esto como infieles o poco voluntarios. El
Señor no es irrazonable en sus requerimientos. La iglesia es un
jardín en el cual hay una variedad de flores, cada una con sus propias
peculiaridades. Aunque en muchos respectos son todas diferentes,
cada una tiene su propio valor.
* * * * *
Dios no espera que, con sus diferentes temperamentos, cada uno
de sus hijos esté preparado para cualquier puesto. Recuerden todos
que hay variados cometidos. A ningún hombre le toca prescribir la
obra de otro contra las propias convicciones que éste sienta acerca
de su deber. Es correcto dar consejos y sugerir planes; pero cada
uno debe quedar libre para buscar la dirección de Dios, pues a él
pertenece y a él sirve.
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Una preparación para el ministerio
Algunos hombres a quienes Dios llamó a la obra del ministerio
entraron en el campo como colportores. Se me ha indicado que ésta
es una preparación excelente si su objeto es diseminar la luz y llevar
las verdades de la Palabra de Dios directamente a los hogares. En
la conversación se les presentará con frecuencia la oportunidad de
hablar de la religión de la Biblia. Si realizan esta obra como deben
hacerlo, visitarán las familias, manifestarán ternura cristiana y amor
por las almas, y les proporcionarán mucho beneficio. Esta será una
experiencia excelente para cualquiera que se proponga entrar en el
ministerio.
Los que se están preparando para el ministerio no pueden dedi-
carse a otra ocupación que les imparta una experiencia tan amplia
como la del colportaje.