La depresión
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derramado sobre su senda, y más allá de todo ello, a lo invisible y
eterno.—
Testimonies for the Church 1:703, 704 (1868)
.
Frutos de los presentimientos negativos (consejo a un esposo
depresivo)
Su vida es actualmente miserable, llena de malos presagios. Cua-
dros lúgubres revolotean por encima de usted; lo envuelve una oscura
incredulidad. Al ponerse de parte de la incredulidad, se ha vuelto
cada vez más tenebroso; goza espaciándose en temas desagradables.
Si otros tratan de hablar con esperanza, usted destruye en ellos todo
sentimiento de esa clase al hablar con más fervor y severidad. Sus
pruebas y aflicciones lo llevan a mantener delante de su esposa el
devastador pensamiento de que la considera una carga por causa
de su enfermedad. Si ama las tinieblas y la desesperación, hable
de ellas, espáciese en ellas, y desmenuce su alma al invocar en su
imaginación todo lo que puede instarlo a quejarse de su familia y de
Dios, y convierta su corazón en algo parecido a un campo devastado
por el fuego, con su vegetación destruida, y que ha quedado seco,
ennegrecido y resquebrajado.—
Testimonies for the Church 1:699
(1868)
.
Cómo vencer la inestabilidad emocional (consejo a una
persona de carácter lúgubre)
Usted pertenece a una familia de mentes no muy bien equilibra-
das, lúgubres, deprimidas, afectadas por lo que las rodea e hipersen-
sibles a las influencias externas. A menos que cultive una actitud
mental alegre, feliz y agradecida, Satanás con el tiempo la llevará
cautiva para que haga su voluntad. Usted puede ser de ayuda y for-
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taleza para la iglesia donde vive, si obedece las instrucciones del
Señor y no se deja influir por los sentimientos, sino que se somete
al control de los principios. Nunca permita que la censura escape
de sus labios, porque es como un granizo devastador para los que la
rodean. Permita que solo palabras alegres, felices y tiernas salgan
de sus labios.—
Testimonies for the Church 1:704 (1868)
.