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Mente, Carácter y Personalidad 2
En el cielo no hay conflictos
Que nadie crea, aunque esté teóricamente firme en la verdad
presente, que no comete errores. Pero si se cometen errores, que
haya disposición para corregirlos. Y evitemos todo lo que pueda
producir disensión y contienda; porque tenemos un cielo por delante,
y entre sus habitantes no hay conflictos.—
The Review and Herald,
8 de agosto de 1907
;
Counsels on Health, 244
.
Se necesita más amor y menos crítica
Siempre habrá diferencias de opinión, porque cada mente está
constituida de diferente manera. Hay que tener cuidado con las ten-
dencias heredadas y cultivadas, no sea que produzcan contiendas
acerca de cosas de menor importancia. Los obreros de Cristo deben
unirse en tierna simpatía y amor. Que nadie crea que es una virtud
mantener sus propios conceptos, y suponer que es el único a quien
el Señor le ha dado discernimiento e intuición La caridad cristia-
na cubre multitud de cosas que alguien podría considerar que son
defectos en los demás. Se necesita mucho amor, y mucho menos
crítica. Cuando el Espíritu Santo esté obrando evidentemente en los
corazones de los ministros y sus ayudantes, manifestarán la ternura
y el amor de Cristo.—
Carta 183, 1899
.
No hay que atacar a las personas
Algunos de nuestros hermanos han dicho y han escrito muchas
cosas que han sido interpretadas como que expresan antagonismo
hacia el gobierno y la ley. Es un error exponernos así a malentendi-
dos. No es prudente tratar de descubrir continuamente fallas en lo
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que hacen los dirigentes del gobierno. No es nuestra tarea atacar a
individuos o instituciones. Debemos tener mucho cuidado, no sea
que se intérprete que nos estamos oponiendo a las autoridades ci-
viles. Es verdad que nuestra lucha es agresiva, pero nuestras armas
están en un sencillo “Así dice Jehová”. Nuestra obra consiste en
preparar a un pueblo para que pueda estar en pie en el gran día
de Dios. No debemos permitir que se nos desvíe a un terreno que
promueva conflictos o despierte antagonismos entre los que no son
de nuestra fe.—
Testimonies for the Church 6:394 (1900)
.