Los pensamientos habituales
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de sus hijos, para que se formen hábitos y gustos correctos. Los
elementos del mal solo pueden ser exterminados por la introducción
de un alimento que proporcione un pensamiento puro y sólido.—
Nuestra Elavada Vocacion, 204 (1886)
.
Evitemos los pensamientos negativos
Puesto que no nos pertenecemos, pues hemos sido comprados
por precio, es deber de quien profesa ser cristiano poner sus pensa-
mientos bajo el dominio de la razón y obligarse a sí mismo a ser
alegre y feliz. Por amarga que sea la causa de su pena, debe cultivar
una actitud de tranquilidad y quietud en Dios. ¡Qué preciosa y sa-
nadora es la influencia de la tranquilidad que hay en Cristo Jesús,
de su paz, y cuán sedante es para el alma oprimida! Por oscuras que
sean las perspectivas, albergue una actitud de esperanza para bien.
Nada se gana con el desaliento, y en cambio se pierde mucho. Si
bien es cierto que la alegría, la tranquila resignación y la paz harán
mucho en favor de la felicidad y la salud de los demás, nos dará a
nosotros el mayor beneficio. La tristeza y el hablar de cosas negati-
vas promueven imágenes mentales desagradables y producen sobre
nosotros mismos un efecto negativo. Dios quiere que nos olvidemos
de todo esto, ¡que no miremos hacia abajo sino hacia arriba!—
Carta
1, 1883
.
El peligro de pensar únicamente en lo terrenal
Si sus pensamientos, planes y propósitos están dirigidos hacia
la acumulación de las cosas terrenales, su ansiedad, su estudio y
sus intereses se concentrarán en el mundo. Las atracciones celes-
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tiales perderán su belleza [...]. Su corazón estará con su tesoro [...].
Les faltará tiempo para dedicarse al estudio de las Escrituras y a
la oración ferviente que los ayudará a escapar de las trampas de
Satanás.—
Nuestra Elavada Vocacion, 202 (1910)
.
Cambiemos nuestra manera de pensar
Cuando se ha permitido que la mente piense por mucho tiem-
po solamente en cosas terrenales, es difícil cambiar los hábitos de
pensar. Lo que el ojo ve y el oído oye demasiado a menudo, atrae