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Mente, Carácter y Personalidad 2
perdón de los pecados pasados. Estas cosas deben manifestarse en la
experiencia diaria; debe haber una estricta vigilancia y un incansable
intento de que Cristo ponga todo pensamiento en cautividad. Su
poder renovador debe manifestarse en el alma de modo que, como
seres responsables, presentemos nuestros cuerpos a Dios como un
sacrificio vivo, santo y agradable a él, que es nuestro culto racional.—
Medical Missionary
[El misionero médico], noviembre-diciembre
de 1892;
Counsels on Health, 504, 505
.
Los narcóticos y la voluntad
Hay quienes están usando narcóticos, y gracias a esta transigen-
cia están formando malos hábitos que ejercen un poder dominante
sobre la voluntad, los pensamientos y todo el ser.—
Carta 14, 1885
.
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Enseñar el poder de la voluntad
También debe presentarse el poder de la voluntad y la importan-
cia del dominio propio, tanto en la conservación de la salud como en
su recuperación, como asimismo el efecto depresivo y hasta ruinoso
de la ira, el descontento, el egoísmo o la impureza y, por otra parte,
el maravilloso poder vivificador que se encuentra en la alegría, la
abnegación y la gratitud.—
La Educación, 197 (1903)
.
El Espíritu Santo no toma el lugar de la voluntad
No es el propósito del Espíritu de Dios hacer nuestra parte, ya
sea en el querer como en el hacer. Esta es obra del ser humano
cuando coopera con los agentes divinos. Tan pronto como someta-
mos nuestra voluntad para que armonice con la de Dios, aparecerá
la gracia de Cristo para cooperar con el hombre; pero no será un
sustituto de nuestra actividad independiente, resultante de nuestra
resolución y decidida acción. Por lo tanto, no es la abundancia de
luz y de evidencia lo que convertirá el alma, sino solo la aceptación
de la luz por parte del ser humano, que despierta las energías de la
voluntad cuando comprende y reconoce que lo que sabe es justicia y
verdad, y coopera con los ministerios celestiales señalados por Dios
para la salvación del alma.—
Carta 135, 1898
.