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La voluntad y la decisión
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sus promesas o su fe no tendrán valor hasta que ponga su voluntad
de parte de la fe y la acción. Si pelea la batalla de la fe con toda su
fuerza de voluntad, vencerá.—
Testimonios Selectos 4:156 (1889)
.
No tiene que confiar en sus sentimientos, ni en sus impresio-
nes, ni en sus emociones, porque no son dignos de confianza.—
Testimonies for the Church 5:513 (1889)
.
Puedes controlar tu voluntad
No tienes por qué desesperarte [...]. A ti te toca someter tu
voluntad a la voluntad de Jesucristo, y al hacerlo, Dios tomará in-
mediatamente posesión de ella y obrará en ti el querer y el hacer
su beneplácito. Tu naturaleza entera será puesta entonces bajo el
gobierno del Espíritu de Cristo, y hasta tus pensamientos le estarán
sujetos.
No puedes dominar como deseas tus impulsos y emociones,
pero puedes dominar la voluntad y lograr un cambio completo en
tu vida. Sometiendo tu voluntad a Cristo, tu vida se ocultará con
Cristo en Dios, y se unirá al poder que está por encima de todos los
principados y las potestades. Tendrás fuerza procedente de Dios que
te mantendrá unido a su fuerza y te será posible alcanzar una nueva
luz, la luz misma de la fe viviente. Pero tu voluntad debe cooperar
con la voluntad de Dios.—
Mensajes para los Jóvenes, 150 (1889)
.
Vínculo que une con la energía divina
Somos colaboradores de Dios. Este es el sabio arreglo del Señor.
La cooperación de la voluntad y el esfuerzo humanos con la energía
divina es el vínculo que une a los hombres unos con otros y con
Dios. El apóstol dice: “Porque nosotros somos colaboradores de
Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”.
1 Corintios
3:9
. El ser humano tiene que trabajar con los recursos que Dios le ha
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dado. “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor—dice—,
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el
hacer, por su buena voluntad”.
Filipenses 2:12, 13
.—
Manuscrito
113, 1898
.
Cuando la voluntad se pone de parte del Señor, el Espíritu Santo
la toma y la hace una con la voluntad divina.—
Carta 44, 1899
.
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