La falsa ciencia
371
La curiosidad atrae
A la par que se predica el evangelio, hay agentes que trabajan
y que solo son intermediarios de los espíritus mentirosos. Muchos
tratan con ellos por simple curiosidad, pero al ver pruebas de que
obra un poder más que humano, quedan cada vez más seducidos
hasta que llegan a estar dominados por una voluntad más fuerte que
la suya. No pueden escapar de este poder misterioso.
Las defensas de su alma quedan derribadas. No tienen vallas
contra el pecado. Nadie sabe hasta qué abismos de degradación
puede llegar a hundirse una vez que rechazó las restricciones de la
[344]
Palabra de Dios y de su Espíritu.—
El Deseado de Todas las Gentes,
223 (1898)
.
Ciencia y revelación
Para muchos, las investigaciones científicas se han vuelto una
maldición. Al permitir todo género de descubrimientos en las cien-
cias y en las artes, Dios ha derramado sobre el mundo raudales
de luz; pero aun los espíritus más poderosos, si no son guiados
en sus investigaciones por la Palabra de Dios, se extravían en sus
esfuerzos por encontrar las relaciones existentes entre la ciencia y
la revelación.—
Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 576
(1888)
.
Cristo podría haber abierto las puertas de la ciencia
Un ministro dijo cierta vez que a él le habría gustado que Cristo
hubiera sabido algo acerca de las ciencias. ¿De qué estaba hablando
ese ministro? ¡De las ciencias! Cristo podría haber abierto una tras
otra las puertas de la ciencia. Podría haber revelado a los hombres
tesoros científicos que les habrían servido de festín hasta el día de
hoy. Pero como sabía que ese conocimiento habría sido empleado
con propósitos impíos, no abrió esas puertas.—
Manuscrito 105,
1901
;
Medical Ministry, 116
.