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El hipnotismo y sus peligros
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Hay peligro en la investigación de estas cosas
Hemos llegado a los peligros de los últimos días, cuando mu-
chos, “apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y
doctrinas de demonios”.
1 Timoteo 4:1
. Tengan cuidado con lo que
leen y con lo que escuchan. No manifiesten ni una partícula de in-
terés en las teorías espiritistas. Satanás está esperando para ganarle
la delantera a todo el que permita que se lo engañe por medio del
hipnotismo. Comienza a ejercer su poder sobre ellos en cuanto em-
piezan a investigar sus teorías.—
Carta 123, 1904
;
Medical Ministry,
101, 102
.
No repitamos las teorías de Satanás
Se me mostró que no debemos entrar en conflicto con estas teo-
rías espiritistas, porque eso solo confundiría las mentes. No debemos
introducir estos asuntos en nuestras reuniones. No hemos de esfor-
zarnos por refutarlos. Si nuestros ministros y maestros se entregan
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al estudio de estas teorías erróneas, algunos se apartarán de la fe es-
cuchando a espíritus engañadores y doctrinas de demonios. No es el
trabajo del pastor evangélico repetir las teorías de Satanás. Avance-
mos con firmeza, edificando los desiertos antiguos y restaurando los
fundamentos de las pasadas generaciones. Presentemos la verdad, la
verdad sagrada y santificadora, y dejemos a un lado las seductoras
teorías del enemigo. No demos lugar para que sean plantadas las
semillas de esas hipótesis. Se me advirtió que no debemos entrar
en conflicto con ninguno de estos asuntos. Ni nuestros ministros, ni
nuestros maestros, ni nuestros estudiantes deben repetir los sofismas
del enemigo.—
Carta 175, 1904
.
Ministros y médicos pueden caer en la trampa
Hay médicos y ministros que han caído bajo la influencia del
hipnotismo ejercida por el padre de mentira. A pesar de las adver-
tencias que se han dado, han aceptado los sofismas de Satanás tal
como ocurrió en las cortes celestiales. La ciencia mediante la cual
fueron engañados nuestros primeros padres está engañando a los
hombres de la actualidad. Los ministros y los médicos pueden caer
en esa trampa.—
Manuscrito 79, 1905
.