Cómo aconsejar
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privada. Esta no es la voluntad de Dios, y usted no debería fomentar
nada que se le parezca.—
Carta 9, 1889
.
Factores que condicionan el aconsejamiento eficaz
Cuando tratemos de aconsejar o amonestar a cualquier alma en
cuya experiencia haya sobrevenido una crisis, nuestras palabras ten-
drán únicamente el peso de la influencia que hayamos ganado con
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nuestro propio ejemplo y espíritu. Debemos ser buenos antes que
podamos obrar el bien. No podemos ejercer una influencia trans-
formadora sobre otros hasta que nuestro propio corazón haya sido
humillado, refinado y enternecido por la gracia de Cristo. Cuando
se efectúe ese cambio en nosotros, nos resultará natural vivir para
beneficiar a otros, así como es natural para el rosal producir sus
flores fragantes o para la vid sus racimos morados.—
El Discurso
Maestro de Jesucristo, 108, 109 (1896)
.
El adiestramiento y la experiencia prepararon a Moisés para
que fuera un consejero compasivo
El ser humano se habría evitado ese largo período de trabajo y
oscuridad, por considerarlo como una gran pérdida de tiempo. Pero
la Sabiduría infinita determinó que el que había de ser el caudillo de
su pueblo pasara cuarenta años haciendo el humilde trabajo de pastor.
Así desarrolló hábitos de atento cuidado, olvido de sí mismo y tierna
solicitud por su rebaño, que lo prepararon para ser el compasivo
y paciente pastor de Israel. Ninguna ventaja que la educación o
la cultura humanas pudiera otorgar, podría haber sustituido a esta
experiencia.—
Historia de los Patriarcas y Profetas, 254 (1890)
.
Algunos no están en condiciones de tratar con las mentes
(consejo a un pastor)
Usted tiene algunos rasgos de carácter que lo descalifican para
tratar prudentemente con las mentes humanas. No obra de manera
que esas mentes consigan los mejores resultados.—
Carta 205, 1904
.
Tratar con las mentes es la obra más hermosa a la que puedan de-
dicarse los seres humanos. No todos están en condiciones de corregir
a los que yerran. No tienen la sabiduría necesaria para tratar con