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Controversia: positiva y negativa
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la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de
Canaán... La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración
y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido
en este mundo de pecado y tristeza tantos años.—
El Evangelismo,
505 (1883)
.
No tenemos tiempo para contiendas y luchas
—Hay hombres
y mujeres que pretenden servir al Señor y que se conforman con
ocupar su tiempo y su atención en asuntos de poca importancia.
Están satisfechos cuando se encuentran distanciados unos de otros.
Si estuvieran consagrados a la obra del Maestro, no estarían luchando
y combatiendo como una familia de niños mal educados. Cada mano
estaría dedicada al servicio. Cada cual estaría en su puesto del deber,
trabajando con el corazón y el alma como misioneros de la cruz de
Cristo... Los obreros deberían llevar a su servicio las oraciones y la
simpatía de una iglesia reavivada. Recibirían sus órdenes de Cristo,
y no tendrían tiempo para contiendas y luchas.—
The Review and
Herald, 10 de septiembre de 1903
.
[517]
No permitamos que se produzcan controversias por causas trivia-
les. El espíritu del amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo unirán
corazón con corazón, si cada cual abre las ventanas de su corazón
en la dirección del cielo, y las cierra a las cosas de la tierra.—
Carta
183, 1899
.
Dejemos a un lado las controversias
—El poder de la gracia de
Dios hará más en favor del alma que lo que podría hacer el conflicto
de una vida entera. Cuántas cosas podrían ajustarse con el poder
de la verdad, y cuántos viejos conflictos podrían pacificarse si se
practicaran mejores modales. El grandioso principio: “Paz en la
tierra para los hombres de buena voluntad”, sería practicado mejor si
los que creen en Cristo fueran colaboradores de Dios. Entonces no
se magnificarían las pequeñeces, acerca de las cuales tanto hablan
algunos, que no se basan en la autoridad de la Palabra de Dios, como
si fueran cosas importantes.—
Carta 183, 1899
.
La controversia induce a la defensa propia
—En el trato que
concedió a Tomás, Jesús dio una lección para sus seguidores. Su
ejemplo demuestra cómo debemos tratar a aquellos cuya fe es débil y
que dan realce a sus dudas. Jesús no abrumó a Tomás con reproches
ni entró en controversia con él. Se reveló al que dudaba. Tomás
había sido irrazonable al dictar las condiciones de su fe, pero Jesús,